La cosa podría resultar hasta graciosa, con sus reiterados «simplemente», sus «ahí» y sus «de vece», todo ello muy celtibérico y muy vendepeines... si no fuera porque la planta en cuestión, muy bonita ella, tiene lo suyo. No necesita nada de nada, «simplemente», porque lo roba todo de las plantas en las que se instala. De hecho, está catalogada como una verdadera plaga en potencia, porque se multiplica a gran velocidad y roba oxígeno y luz a las plantas que fagocita. Para acabar de remediarlo, una vez que ha florecido, muere. O sea, que muere matando. ¡Eso sí, a 6 euros el esqueje!
