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2005/05/21 06:00:00 GMT+2

Que el PP se reconduzca

La sección de Opinión de El Mundo me pide que participe en el espacio dominical llamado En la Red, en la que se contraponen dos puntos de vista diametralmente opuestos. La pregunta de esta semana es: ¿Le parecería bien que el Gobierno negociara con ETA sin el acuerdo del PP? Los argumentos a favor del «No» los va a proporcionar -creo- Cayetano González, quien fuera jefe de Prensa y estrecho colaborador de Jaime Mayor Oreja. A mí me toca defender el «Sí». Éstas son las notas que he escrito en borrador para ese texto.

Las ideas clave sobre las que se asienta la posición del PP de Rajoy en relación con el problema vasco -el mal llamado «problema vasco», porque ni es exclusivamente vasco ni es el único que tiene Euskadi- son, según pudimos leer ayer bajo su propia firma, dos. La primera: no hay nada que hablar con ETA. A la organización terrorista no debe dársele otra salida que su rendición incondicional. La segunda: debe impedirse a toda costa que las posiciones políticas que abandera ETA obtengan representación institucional, cuenten con el respaldo social que sea.

Según el presidente del PP, estas dos ideas clave enmarcan «el único escenario» coherente con «los principios que fundaron la España democrática».

Deberemos suponer entonces que, según él, quienes suscribieron el 12 de enero de 1988 el Pacto de Ajuria Enea -entre ellos AP, antecesora del PP- y quienes trabajaron durante los años siguientes sobre la base de lo definido en ese Pacto -entre ellos Jaime Mayor Oreja- no actuaron en consonancia con «los principios que fundaron la España democrática», toda vez que establecieron en aquel acuerdo dos ideas básicas radicalmente diferentes.

La primera venía definida en su punto 10: «Si se producen las condiciones para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad de poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular».

Obsérvese que este punto venía a prefigurar lo que ahora se llama «dos mesas de diálogo»: una, con el Estado y ETA, para resolver los asuntos relativos al fin de la violencia terrorista; la otra, integrada por los representantes legítimos de la voluntad popular, encargada de «resolver las cuestiones políticas».

El segundo punto clave del Pacto de Ajuria Enea (el 8) era aquel en el que invitaba a los dirigentes de la izquierda abertzale radical a que «asuman las responsabilidades institucionales y defiendan desde ellas sus propios planteamientos políticos».

Recuérdese cuándo se firmó aquel acuerdo: muy poco después de la masacre de Hipercor (21 muertos) y a un mes del tremendo atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza (12 muertos). Era aquel un tiempo en el que los secuestros, las bombas y los asesinatos a tiros se producían cada dos por tres. Pese a lo cual, las fuerzas democráticas, sin temor a que se las tachara de débiles o de traidoras, ofrecieron a ETA «procesos de diálogo», siempre que se aviniera a abandonar la violencia y diera muestra inequívoca de esa voluntad.

El PP rompió de hecho con las bases de aquel Pacto, aunque nunca lo haya reconocido, y trató de seguir otra vía que -dijo- conduciría a la derrota total de ETA. No lo ha logrado, pero sigue en sus trece, afirmando que quien pretenda otra cosa «ofende la memoria» de las víctimas, dándole igual que haya víctimas que coincidan con el contenido de lo acordado el pasado martes en el Congreso de los Diputados a propuesta del Gobierno.

Va de suyo que me parecía excelente que el PP -como ha hecho el PSOE- se apeara de sus dogmas, admitiera que la vía definida en su día por el Pacto de Ajuria Enea no tuvo ocasión de ser probada en forma debida y que se sumara al actual consenso general. Pero, si bien es lamentable que haya una minoría que rehúse seguir el camino trazado por la mayoría, la solución no puede estar en que la mayoría haga lo que quiere la minoría.

El PP ya ha demostrado que, pese a sus promesas a plazo fijo, su planteamiento no conduce a la paz. Plantéese por qué y déjese de protegerse descalificando a los demás.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (21 de mayo de 2005) y El Mundo (22 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de mayo de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/21 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: pp españa ajuria_enea zapaterismo mayor_oreja eta euskal_herria 2005 rajoy euskadi el_mundo apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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