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2001/04/24 07:00:00 GMT+2

La pescadilla

El PSOE empieza a estar hasta los mismísimos de las aparatosas muestras de amor que dedica el PP a sus candidatos vascos. Cada vez que Redondo Terreros o cualquier otro socialista local lanza un ataque contra el PNV, el PP en pleno -incluida su radiotelevisión- aplaude de manera tan estruendosa que tal se diría que el PSE fuera una subdivisión de la candidatura de Jaime Mayor Oreja. Los socialistas están comprobando, demoscopia en mano, qué efectos tiene eso sobre la opinión pública vasca: desciende su expectativa de voto. Los últimos sondeos les amenazan con la posible pérdida de uno, dos o incluso tres escaños.

La cosa tiene un efecto paradójico, porque al PP le viene de pena ese retroceso socialista, en la medida en que no se beneficia de él. Los expertos -incluso los más favorables al PP- creen que el techo electoral de Mayor Oreja en el País Vasco se sitúa en los 22 escaños. Quedan aún no pocos indecisos, pero, al parecer, no entre los simpatizantes del exministro de Interior de José María Aznar. La bolsa de indecisos se nutre en mucha mayor medida, por lo visto, de los hipotéticos electores del PNV... y del PSE-PSOE. Y si el PP no sobrepasa la cota de los 22 escaños, necesitará de manera imperiosa que el PSE consiga al menos 16, único modo de llegar entre ambos a los 38 necesarios para hacerse con el Gobierno de Vitoria.

Pero no será a piropo limpio como conseguirán que los socialistas recuperen terreno. Al contrario: cuantas más flores le echan a Redondo Terreros, más desdibujan los perfiles propios del socialismo vasco y más desalientan a una parte de sus votantes tradicionales, que no tragan a los de Aznar y que consideran exagerada su virulencia antipeneuvista.

La pescadilla se muerde la cola.

Si los jefes de campaña del PP fueran más astutos, facilitarían los intentos de distanciamiento amagados por Rodríguez Zapatero. Escenificarían una cierta ruptura, para que el PSE pudiera recuperar a la parte de su electorado que desea el regreso al viejo entendimiento entre los socialistas y el PNV.

Pero hacen todo lo contrario. El sábado, en un desafortunado ejercicio de injerencia en los asuntos internos de un partido que ni es el suyo ni es suyo, Mayor Oreja reclamó a los socialistas «de Madrid» que dejen en paz a sus correligionarios vascos. Ayer, Javier Arenas, en la misma línea, los criticó por no mostrarse lo suficientemente fieles.

Están haciendo con los socialistas vascos como el oso amigo del refrán ruso: les arrean unos abrazos tan efusivos que los están ahogando.

Javier Ortiz. El Mundo (24 de abril de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de abril de 2013.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/04/24 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: javier_arenas elecciones el_mundo pp pse mayor_oreja 2001 euskal_herria aznar euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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