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2013/01/26 11:55:00 GMT+1

Más sobre muros y puentes culturales en San Sebastián

En el apunte publicado el pasado miércoles (De muros y puentes aquí en San Sebastián), cité un artículo de Gorka Erostarbe, periodista de la sección de Cultura del diario Berria (Murruak, zubiak, mamuak, es decir: Muros, puentes, fantasmas). Lo he vuelto a releer esta mañana de sábado y me ha gustado tanto que lo he traducido. Ahí va.

Muros, puentes, fantasmas

Hace algo más de un año, tuve la oportunidad de entrevistar a Rafael Berrio. Partiendo del inmenso disco que es 1971 (acaba de publicar Diarios, por la misma senda y a un nivel parejo), entre otras cosas charlamos sobre su carrera. Me habló de la incomodidad y de la indiferencia que sintió en Euskal Herria allá por la década de los 80. Recordaba, aún con bastante rabia, como en los tiempos del RRV él y algunos otros fueron invisibilizados. Y es que, tanto en los 80 como ahora mismo, ha habido un gran muro entre las corrientes y los movimientos musicales de San Sebastián y la provincia. Seguramente más que entre otros territorios y sus capitales. Donostia ha sido una isla. ¿Que quien ha construido esos muros? Ambos lados, seguramente. Pero creo, en general, que la peña de la provincia y quienes han creado en euskera han tenido más interés por saber qué se cocía en la capital (casi siempre en castellano), que han sido más abiertos en eso y que tienen más conocimientos, y no al revés.

Además de que surjan bandos per se, hay, tenemos, en nuestro pequeño mundo cultural -en nuestros pequeños mundos culturales- la necesidad o la manía de crear esos bandos. No somos tan diferentes. Ni siquiera en eso. Es bien sabido que quien quiere ser alguien necesita enemigos y en ello nos hemos empeñado con gran frenesí. Durante mucho tiempo. Y en ello estamos. No hay más que ver algunas de las disputas que se suceden en las autopistas culturales...

Hemos construido muros. Con excepciones (esta será la última vez que diga que hay excepciones), se construyen muros por los choques entre generaciones diversas, muros por los diferentes modos de entender la cultura y la vida, muros por situarse en diferentes propuestas estéticas, muros por ser miembros de diferentes comunidades lingüísticas, muros por el mero deseo de construir muros... Y sí, a veces es imprescindible que uno mismo crea y defienda su terreno, su ámbito, y surgen naturalmente trincheras, muros y se oyen disparos, y es verdad que animan los festejos y las disputas culturales, la celebración de la cultura, pero me da que a veces nos empeñamos más en construir muros que puentes. Nos obstinamos en la construcción de muros que nos separen de los demás. Aunque también es cierto que algunas obras nuevas que surgen de levantar puentes, sobre todo aquellas que se realizan en nombre del mestizaje, son como para tirarlas por el puente (obra y autor incluidos), pero...

No es de los que te lleva a tirarte de un puente el espectáculo audiovisual Phantasma de Mursego (Maita Arroitajauregi) y Rafael Berrio, aunque toca temas tenebrosos y tiene una estética obscura. Lo ofrecieron hace una semana en el Centro Cultural Ernest Lluch de San Sebastián. Era la segunda vez. La primera fue en el Seminario donostiarra hace ya unos cuantos meses. Por el momento, solo tienen anunciado un bolo más. En Bilbao, el 7 de febrero, en el Kafe Antzokia.

Maite Arroitajauregi (Eibar, 1977) y Rafael Berrio (Donostia, 1963) son de generaciones diferentes. Por tanto, y de otra manera también, crecidos en tradiciones culturales y musicales diferentes. En el movimiento musical (after punk y pop) de finales de los 70 y primeros 80 en San Sebastián, Berrio. Quien comenzando en The Velvet Underground, y transitando por ambientes punk y pop, se ha refugiado en la literatura clásica hispana y en la chanson. Mursego, por su parte, aunque de formación clásica, vivió de lleno el ambiente underground de la Hondarribia de los 90 y posee innumerables fuentes de inspiración musical. Berrio se lo hace en castellano. Mursego, sobre todo, en euskera. El primero con la capital guipuzcoana (Madrid en un segundo plano) como única residencia (más fortaleza que residencia). La segunda se mueve habitualmente por un buen número de salas de Euskal Herria y de fuera de Euskal Herria.

Cuando entrevisté a Rafael Berrio, estaba a punto de tomar parte en la iniciativa Kafea eta Galletak. Aún no se había creado la nueva Astra y la audición y el posterior concierto todavía se hacían en el Gaztetxe de Gernika. Tenía “mucha ilusión”, pero también “algo de miedo”. Al preguntarle “por qué”, me respondió que nunca había tocado en un gaztetxe y que desconocía cuál sería el recibimiento. Ofreció un concierto maravilloso y después me reconoció que estuvo muy a gusto y que las cosas quizá estuvieran cambiando. Las cosas están cambiando, pero también uno mismo. O las cosas cambian porque uno cambia. Berrio espantó los fantasmas.

Hay algo que ha juntado a Mursego y a Berrio. Un deseo, una motivación. Y ambos han creado Phantasma. Han construido un puente.

Dos anécdotas. Anécdotas, sí; no sé si son casuales.

Una. Berrio utilizó siempre el castellano, tanto en las numerosas piezas de corte spoken-word como en las dos canciones que interpretó. Mursego cantó y recitó en castellano y en euskera.

Dos. A dos sillas de distancia vieron el espectáculo Mikel Kazalis (Anestesia, Negu Gorriak, 2 Kate, Matxura ...) y Diego Vasallo (Duncan Dhu...). Entre ambos estaba Joserra Senperena...

Escrito por: iturri.2013/01/26 11:55:00 GMT+1
Etiquetas: música mursego gorka_erostarbe joserra_senperena maite_arroitajauregi rafael_berrio ernest_lluch | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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