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2008/02/01 09:54:38.080000 GMT+1

...de sabios.

Con la información que se tenía cuando se tomó la decisión, fue un acierto tomarla. No hay porqué disculparse después, si a la luz de nuevos datos uno pudiera pensar que no había sido la mejor decisión.

 

He oído este argumento con demasiada frecuencia últimamente: Cada vez que a José María Aznar se le pregunta sobre la guerra de Irak, cuando el papa habló hace poco del caso Galileo, hace tres días que el actual consejero de salud de la comunidad de Madrid comentó la sentencia sobre el caso de las sedaciones...

 

Con ese argumento se puede justificar cualquier decisión, por más abusiva que ésta sea. Basta con decir que no se tenían todos los datos (pues haber buscado más) y que había que decidir con urgencia por la gravedad del tema (también es una decisión la cautela o el dejar pasar tiempo hasta tener más información).

 

La ley comprendió hace tiempo la naturaleza evasiva de este razonamiento y se curó en salud con el célebre aforismo: La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.

 

Y no sería un asunto realmente importante si no hubiera víctimas de esas decisiones, incluso víctimas mortales.

 

Por supuesto, señores autosuficientes, si se demuestra que uno se equivocó, el mínimo que impone la decencia es pedir perdón a los que sufrieron esa equivocación. E intentar repararles por el daño sufrido. El resto es seguir sin reconocer que hubo equivocación, por más datos, sentencias y evidencias que te salten a la cara.

 

Remitente: jesus_cutillas.2008/02/01 09:54:38.080000 GMT+1
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