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2011/09/15 15:27:18.839000 GMT+2

El paraguas de Rajoy

Zapatero se marcha tras haber dilapidado la confianza y la ilusión de votantes, militantes y compañeros de gabinete. Ha envejecido y sale por la puerta de atrás, perpetuando lo que ya es una tradición de nuestra democracia en España: los presidentes dejan la Moncloa envueltos en fracaso y con el rostro desgastado. Zapatero no ha tenido suerte, pero no era el más indicado para buscarla. Le ha tocado bailar con la más fea al chico que siempre pisaba los pies de su pareja en el guateque. Aznar, hoy exitoso hombre de negocios que despotrica de su país casi a diario,  pretendió salir a hombros de un coso repleto de un público que terminó lanzándole almohadillazos en lugar de agitar los esperados  pañuelos blancos al aire. Y las orejas se las cortaron al bueno de Mariano. Así completó una faena de desmedido envanecimiento. El pequeño señor de las abdominales digirió mal la mayoría absoluta y la vanidad le fue repitiendo como un ajo traicionero. Además, a Aznar le delató su aliento. Fue su halitosis política la que terminó con él, convirtiéndolo en una parodia de sí mismo, en un hombre derrotado de por vida por la Historia. Aznar se convirtió en Ánsar porque, quizá, pensó más en su propio futuro y en abrirse camino entre la maleza neoliberal, que en aquello que era mejor para su propio país. Transcurridos ocho años de aquel inesperado vuelco, parece que los conservadores asumirían de nuevo las riendas del país. La responsabilidad caerá sobre un hombre que vive eternamente cariacontecido, dominado por las muecas y los espasmos de asombro. Mariano Rajoy es un hombre atónito, un político que gana más cuanto más calla, un opositor que dormita en la madriguera esperando a que el zorro se muera de hambre, mientras Moragas, Cospedal, Soraya y otros le llenan la despensa para que no tenga que salir al aire libre. En el PSOE no se han puesto de acuerdo sobre si lo mejor era caer a la lona y no levantarse, o si por el contrario debían lanzar la toalla. Al final, el resultado es el mismo, la derrota. Les costará bastante recuperar la confianza del electorado de centro. Del de izquierdas, mejor ni hablamos. Rajoy se ha limitado a dejar que la peonza bailara hasta marearse. Ahora le tocará jugar a él, le tocará mojarse, y eso es muy difícil cuando se dispone siempre de un paraguas. Claro, que siempre queda la esperanza de que no entienda el libro de instrucciones y no sepa abrirlo. No olvidemos que el país va a quedar en manos de un señor que no entiende ni su propia letra.

Escrito por: Jean.2011/09/15 15:27:18.839000 GMT+2
Etiquetas: pp zapatero psoe cospedal moragas rajoy aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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