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2012/10/25 16:34:44.519000 GMT+2

El iceberg Rubalcaba

 

 

Uno de los juegos que recuerdo, allá por lo días en que el acné lastimaba mis carrillos, es el de los barcos. Consistía en coger una hoja de papel cuadriculado, definir una extensión a modo de océano,  y situar aleatoriamente en ella tus embarcaciones ayudado por el trazo de un bolígrafo. Vencía el primero que adivinase las coordenadas de los barcos rivales. “A,  cinco”, decías, con la esperanza de haber alcanzado el portaaviones de tu contrincante. “Agua”, te respondían, si no había suerte; o “Tocado”, si sonaba la flauta, y, entonces, repetías disparo con la esperanza de escuchar el definitivo “Hundido”. Era una especie de batalla del Midway, pero inofensiva, sin derramamiento de sangre ni honores menoscabados, más allá de la honrilla propia de aquellas rivalidades inocentonas y aún imberbes.

 

Rubalcaba juega ahora a los barcos, pero sin oponentes, contra sí mismo,  y luciendo una tupida barba, salpicada ya por las canas. Como un capitán desconfiado e hipocondríaco, se niega a catar lo que el cocinero le ofrece, y se oculta en un camarote que ya ha superado, y con creces, el vertiginoso surrealismo del que ocuparon los Marx. Y dos huevos duros.  Rubalcaba soñaba con llevar el nuevo Titanic socialista a buen puerto. Él siempre se sintió cómodo en ríos revueltos, pero ahora ha comprobado que un océano es muy distinto, y que las aguas electorales, enfurecidas por la desconfianza y la falta de credibilidad,  constituyen un peligro mucho más serio. El inquieto Alfredo, el estratega mayor del reino, el gesticulante ocultista de Interior, el químico de Ferraz, intenta calmar las aguas desde su despacho, pero, a estas alturas, parece cada vez más inevitable que la flota acabe reposando en el fondo del mar. Rubalcaba ha resultado ser el iceberg de esta historia. Eso es hoy Rubalcaba para su partido: un bloque letal de hielo, un peligro aparentemente inofensivo solo para quienes lo rodean y se niegan a aceptar la caducidad de un proyecto que nació viciado y carente de credibilidad de puertas afuera. Su empecinamiento y asilamiento de la realidad van camino de someter al PSOE a su particular  Pearl Harbor.

 

Encerrado en su búnker, el secretario general de los aún llamados socialistas aguarda paciente a que Rajoy envíe sus naves a luchar contra los elementos. Rubalcaba sueña con el fracaso de la Armada Invencible de Faes y sus discípulos, pero el minifundismo anímico de Galicia ha supuesto un golpe muy duro en la proa de Ferraz. Alfredo, aún resentido por el vaivén, ha apretado los dientes, ha dejado escapar la tensión a través de una mueca y aguantando el llanto ha  cedido un aséptico “Tocado”. Quizá mañana concluya la frase y los suyos escuchen: “Y hundido”.

Escrito por: Jean.2012/10/25 16:34:44.519000 GMT+2
Etiquetas: faes socialismo ferraz rubalcaba psoe rajoy | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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