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2004/05/05 06:00:00 GMT+2

No hay gracias que dar

José María Aznar se empeña en plantear las relaciones con los EEUU, en general, y la actitud hacia la política exterior de George W. Bush, en particular, en el terreno de la consideración histórica. «Hoy muchos aborrecen a aquellos que les liberaron no de una, sino de dos tiranías», dijo el lunes en la presentación del libro Ocho años de Gobierno.

Convendrá empezar por precisar que el equipo de George Bush Jr. no ha liberado a nadie de nada, así sea por meras razones de edad. Del mismo modo que a nadie cabe reprochar los crímenes cometidos por sus mayores -los alemanes de hoy no son culpables de la existencia del III Reich, por ejemplo-, tampoco es lícito atribuirles los eventuales méritos adquiridos por sus ancestros.

La superficialidad de la lógica de los agradecimientos históricos que pretende aplicar Aznar queda rápidamente de manifiesto si se examina con alguna atención los propios hechos históricos en que se apoya.

Detengámonos en la derrota del nazismo. El régimen expansionista de Hitler se hundió como resultado de dos ofensivas militares combinadas: la del frente occidental, en la que las tropas norteamericanas tuvieron sin duda un papel clave, y la del frente del Este, que corrió en lo esencial a cargo del Ejército Rojo. ¿Habremos de considerar desagradecidos a los polacos, los rumanos, los ex yugoslavos, los búlgaros, los checos, los eslovacos y la mitad de los alemanes, entre otros, por haberse vuelto con el tiempo en contra sus libertadores soviéticos?

Se me replicará que lo hicieron respondiendo a hechos posteriores. Y yo reconoceré que así es. De la misma manera que otros han criticado más tarde a los EEUU respondiendo también a hechos posteriores.

Muchos europeos tuvieron en los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial serios motivos para odiar a los gobernantes norteamericanos e ingleses, que en las conferencias de Yalta y de Postdam se repartieron con Stalin el Viejo Continente en áreas de influencia, burlándose no sólo del derecho de autodeterminación y la soberanía de los pueblos, sino también de su derecho a la libertad. ¿Qué agradecimiento cabe exigirles?

Pongámonos en el caso de España. Hoy en día está perfectamente establecido -por documentos desclasificados del propio Pentágono- que los EEUU y el Reino Unido no sólo se negaron en los años cuarenta a provocar la caída del general Franco, sino que le ayudaron a mantenerse. En muy diversos terrenos. Incluso boicotearon las conspiraciones que tomaron cierto cuerpo dentro del propio Ejército español y que apuntaban al derrocamiento del Generalísimo. No son especulaciones, sino hechos probados. Washington y Londres consideraron que el papel de la dictadura franquista en este extremo de Europa les resultaba conveniente y, en función de ello, dieron por bueno que nuestro pueblo padeciera casi cuatro décadas de tiranía. ¿De qué necesario agradecimiento habla Aznar?

Los EEUU no han ayudado al pueblo español a librarse ni de dos tiranías, ni de una, ni de media. Más bien todo lo contrario.

Pero vuelvo al comienzo: la Historia ni impide nada ni obliga a nada. Las alianzas del tiempo actual deben ser establecidas con criterios del momento presente. Y ahí está la cosa: que había que oponerse a la Guerra de Irak por razones de ahora mismo, con independencia de los agradecimientos o los agravios históricos que cada cual deba o guarde. Y de los que Aznar parece saber tan poco.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (5 de mayo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/05/05 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: irak apuntes guerra urss stalin bush alemania 2004 españa aznar hitler franco | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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