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2004/12/27 06:00:00 GMT+1

Improvisando

La simpática alarma antirrobo del simpático coche de un simpático automovilista simpáticamente alejado de su simpática propiedad me ha despertado de muy buena mañana y ya no me ha permitido dormir más, lo que me ha proporcionado el singular privilegio de seguir por radio las incidencias -o más bien las no incidencias- de los miles de pretendidos viajeros en automóvil que se han quedado atrapados en las carreteras que unen Castilla con Madrid y Euskadi.

Mi solidaridad con ellos era -y sigue siendo, porque ahí siguen muchísimos- plena, no sólo en razón de mi bondad natural, que me lleva a solidarizarme con cuanta persona sufre desgracia, sino también porque lo que esa pobre gente ha pasado y sigue pasando me ha tocado sufrirlo en persona varias veces. Sin ir más lejos, hace un par de años me quedé atrapado en la nieve durante un taco de horas a la altura de Briviesca. En compañía de varios miles más, por supuesto.

Y de veras que esa situación llega a hacerse angustiosa. Empiezas a calcular para cuántas horas tienes combustible, cuánto te durará la bateria del móvil, cómo deberías administrar los cuatro caramelos y las tres galletas que llevas... y se te pone un mal cuerpo de mucho cuidado.

Pero lo que más cabrea, y con gran diferencia, es oír por la radio los extraordinarios esfuerzos que están haciendo las autoridades para resolver la situación y no ver ninguno de esos esfuerzos por ningún lado por muchas horas que transcurran. Ni una sola máquina quitanieves en el horizonte. Ni un solo helicóptero que sobrevuele la zona por si se impone alguna evacuación urgente. Nada.

Para esas alturas, uno ha tenido ocasión de acordarse no muy amablemente de los astutos responsables de Protección Civil que le recomendaron en las horas anteriores que no viajara en automóvil «a no ser que no tenga más remedio». Ayer lo dijeron también. ¿Qué clase de recomendación es ésa? La vez que me quedé atrapado en la nieve me decidí a viajar en coche porque debía dar una conferencia a 400 kilómetros. Si no acudía, hacía una buena faena a los organizadores. Pero, si me hubieran dicho que corría el grave riesgo de no llegar en ningún caso, me habría quedado en casa. La recomendación correcta habría sido: «No trate de atravesar la A-1 a su paso por tales y cuales puntos porque lo más probable es que no lo consiga».

Otro motivo de cabreo: uno se pregunta cómo puede ser que los helicópteros de la DGT no informen a la Guardia Civil de Tráfico de que esta o la otra carretera se ha puesto intransitable, de modo que sus agentes corten la circulación y obliguen a los automovilistas a dar la vuelta antes de que se metan de lleno en el follón. La respuesta ya la he dado antes: los helicópteros no pueden informar de nada porque no hay helicópteros que sobrevuelen nada.

Lo más enojoso de todo ello es que se trata de un fenómeno que sucede, si no todos los años, sí con mucha frecuencia, y en ocasiones más de una vez por temporada. ¿Es tan difícil planificar la emergencia con detalle, sacando lecciones de las experiencias vividas, sin dejar tantos aspectos a la improvisación? Hay zonas en las que ya le tienen cogido el punto a la cosa, a fuerza de verla, y les pilla preparados. En el puerto de El Escudo, en Cantabria, caen todos los años unas nevadas del copón, pero no se cierra al tránsito: las máquinas quitanieves actúan rápida y ordenadamente. El pasado jueves, según iba para Bilbao, vi en el tramo alavés de la autopista bastantes máquinas quitanieves aparcadas en las zonas de descanso, dispuestas para ponerse en marcha en caso de necesidad. La necesidad se produjo, y la autopista ha estado expedita todo el tiempo, aunque se haya regulado la circulación de camiones, dejándolos pasar poco a poco, para impedir que se agolparan. ¿Por qué no se generalizan esas iniciativas?

Pues muy sencillo: en aplicación del principio celtibérico según el cual tampoco es cosa de hacer el trabajo bien pudiendo hacerlo peor y más caro.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/27 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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