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2004/03/19 06:00:00 GMT+1

Fere libenter homines...

Siempre que, por azares de la profesión, me ha tocado instruir en el oficio a jóvenes periodistas, les he encarecido lo mismo: «Comprobad cuidadosamente todas las noticias de importancia, especialmente aquellas que confirmen vuestras ideas previas».

Nada tiene tantas posibilidades de engañarnos como las nuevas que nos reafirman en lo que ya pensábamos. Si llevas meses mosca porque Don Ínfulas, concejal de Urbanismo de tu ciudad, mantiene un tren de vida que no se corresponde ni de lejos con sus ingresos y alguien te viene con unos papeles que parecen confirmar que el caballero es un corrupto, ¡ponte en guardia! Antes de publicar una sola línea, comprueba cada uno de esos papeles como si te fuera la vida en ello. Porque quizá la vida no, pero tu prestigio profesional sí que está en juego.

Esto que vale para el periodismo es de igual aplicación en cualquier otro campo de la humana actividad, y muy especialmente en la política. No olvidemos jamás la aguda observación que incluyó Cayo Julio César en su De Bello Gallico: «Fere libenter homines id quod volunt credunt». Los hombres tienden a creer aquello que les conviene.

Los ministros Ángel Acebes y Eduardo Zaplana trataron de explicar el pasado jueves el comportamiento del Gobierno en las 60 horas posteriores al atentado del 11-M apoyándose en que el Centro Nacional de Inteligencia les dijo en un primer momento que, basándose en los antecedentes -pero no en nada que se hubiera obtenido de la investigación específica del caso-, era «casi seguro» que el cuádruple atentado había sido obra de ETA. Según ellos, eso explica no sólo que ellos dejaran el «casi» a beneficio de inventario, sino también que se aferraran a esa hipótesis mucho más allá de lo razonable, cuando ya estaba más que claro que era «casi seguro» que ETA no tenía nada que ver con la matanza.

Alegan que obraban movidos por una convicción moral. Puede ser. Pero la convirtieron en una certeza. En una certeza agresiva, conminatoria.

Y mintieron, vaya que sí. Para adornar su «convicción moral». Dieron a entender -y, en algún caso, afirmaron- que contaban con pruebas que no podían revelar. Y sabían que eso era falso. Aseguraron que el explosivo utilizado era Titadine. Y en ese momento no tenían ni idea. Zaplana llegó a decir: «Todo apunta a que ha sido ETA». Cuando lo cierto, en el punto y hora en el que habló, era que ya nada apuntaba a ETA. Y trataron de que la ONU, los embajadores de España, los principales periódicos españoles y los corresponsales extranjeros en España atribuyeran el atentado a ETA cuando, por lo menos, sabían que no sabían.

Les concedo el beneficio de la duda: es posible que obraran así por pura obcecación, cegados por el deseo de que la realidad se amoldara a sus intereses. De lo que no estoy seguro es de que eso les deje en mejor lugar.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de marzo de 2004) y El Mundo (20 de marzo de 2004). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 14 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/03/19 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: preantología apuntes 11m madrid aznarismo acebes 2004 zaplana el_mundo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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