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2004/07/19 06:00:00 GMT+2

Es el mismo partido

Comenté la pasada semana que tenía pendiente un apunte de tipo histórico referente al PSOE.

Es casi una rectificación.

Alguna vez he sostenido que lo que sucedió en el Congreso socialista de Suresnes, en octubre de 1974, cuando, con el apoyo de Pablo Castellano, Nicolás Redondo Urbieta, Enrique Múgica y alguno más, Felipe González y su clan sevillano dejaron fuera de juego a la vieja guardia socialista de Rodolfo Llopis, no fue un punto de inflexión en la Historia del PSOE, sino la liquidación del viejo partido socialista y la fundación de otro partido, nuevo en lo esencial.

Es una tesis perfectamente defendible en más de un aspecto. Por ejemplo: es cierto que aquello supuso el desembarco dentro del socialismo moderado español de un grupo que, con las inevitables excepciones -alguien tenía que hacer las funciones de cabeza de puente-, era ajeno a la tradición de la II Internacional. Sus prácticas organizativas eran también nuevas en ese mundo: más estrictas, menos permisivas con la disidencia.

Lo que no he subrayado con el debido énfasis en las anteriores ocasiones en que me he referido a este asunto es la estricta fidelidad del grupo de Suresnes al legado político-ideológico de una tendencia clave del socialismo hispano, encabezada por Indalecio Prieto hasta su muerte, y cuyos rasgos definitorios permanentes fueron: 1º) Su desmedida ambición de Poder, no matizada por principio alguno; 2º) Su anticomunismo radical, que desde los inicios de la guerra fría se convirtió en apoyo de hecho -aunque a veces disimulado- a los designios internacionales de Washington; y 3º) Su hostilidad de fondo a los nacionalismos catalán y vasco y su concepción cerradamente centralista de España.

Podría poner muchos ejemplos ilustrativos de esas «tradiciones» del socialismo celtibérico. Las que más me han llamado la atención en mis últimas lecturas han sido las referidas al largo periodo de las posguerras (la española y la mundial) en el que Indalecio Prieto, con las riendas el PSOE en sus manos, trató de impulsar una alternativa al franquismo encabezada por Don Juan, padre del actual rey de España. Para favorecer esa presunta alternativa -en realidad inviable-, Prieto propició plataformas falsamente unitarias que se distinguían sobre todo por lo que no eran: no defendían la restauración republicana -no sólo porque careciera de sentido hacerlo yendo de la mano con un candidato a rey, sino también porque quería marcar su ruptura con la legalidad de la II República-, no tenían contacto alguno con los comunistas -por propia querencia y para ofrecer una imagen de plena honorabilidad a los gobernantes de Washington y Londres, predominantes por entonces en el bloque occidental- y, en fin, no acogían las reivindicaciones de los componentes de la vieja Galeuzca, ni siquiera la exigencia de restablecer los Estatutos de autonomía suspendidos por Franco.

El grupo felipista que se hizo con el control del PSOE en Suresnes estaba en total sintonía con esos postulados, y así lo demostraría de sobra con el tiempo. Es cierto que durante unos años fingió no simpatizar con la política exterior estadounidense, pero hoy sabemos que ya para entonces se había ofrecido al Departamento de Estado para trabajar a su dictado (*) y gozaba de los parabienes de Washington. Lo mismo cabe decir del republicanismo formal que mantuvo durante la pre Transición por razones de mera estética. De su anticomunismo visceral excuso aportar pruebas: ha sido siempre muy evidente.

De modo que su llegada al mando del PSOE no representó en realidad ninguna ruptura. Si es caso, la aportación de nuevos impulsos para una causa ya muy veterana.

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(*) Joan E. Garcés (Soberanos e intervenidos, Siglo XXI, Madrid 1996, pág. 161) ha demostrado, citando documentos secretos norteamericanos desclasificados tras cumplirse el plazo preceptivo, que algunos destacados socialistas «del interior», la mayoría de los cuales se convertirían pasado el tiempo en gobernantes felipistas, informaban ya en 1957 (sic!) a la Embajada de los EEUU en Madrid, de la que reclamaban «apoyos materiales» para «combatir al Partido Comunista».

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de julio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 17 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/07/19 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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