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2004/07/23 14:55:00 GMT+2

El límite de lo tolerable

Tienen razón quienes lo denuncian: en la Comisión parlamentaria del 11-M y sus aledaños se están oyendo declaraciones de gravedad insólita. Hay diputados del PP que se permiten lanzar acusaciones tremendas contra sus oponentes políticos sin creerse en la obligación de aportar así sea un amago de indicio en su favor.

Quizá la palma se la haya llevado el navarro Jaime Ignacio del Burgo, quien vino a decir ayer que Zapatero accedió al Gobierno gracias a la utilización torticera de los atentados del 11-M, cosa que -añadió- lo convierte en ilegítimo. Sería grave que el señor Del Burgo no supiera qué dice, pero peor sería que lo supiera. Porque catalogar a un Gobierno como ilegítimo es lo único que se requiere para atribuirse el derecho a combatirlo por cualquier medio. De hecho es por ahí por donde suelen empezar todos los aspirantes a golpistas, aunque no sea éste el caso, no tanto porque Del Burgo no estuviera dispuesto a respaldar otra dictadura, sino porque no hay condiciones que permitan su instauración.

Dicen lo que sea, por brutal, injustificado y calumnioso que resulte. Agustín Díaz de Mera, ex director general de la Policía, acudió a la sesión que celebró ayer la Comisión Parlamentaria sobre el 11-M presto a no ahorrarle a nadie su correspondiente lote de insultos. Y por cierto que se mostró más que generoso en la tarea, sin que el presidente de la Comisión le llamara ni una sola vez al orden.

En otras condiciones, la población, en general, estaría escandalizada. Porque hay acusaciones que la gente con sentido común no puede dejar a beneficio de inventario: o quien las formula las prueba o, de lo contrario, se granjea el descrédito general.

Lamentablemente, nuestra vida política no da para tanto. Tampoco la sensibilidad ciudadana media. Llevamos demasiados años acostumbrados a que los políticos del establishment -de cualquiera de los partidos que lo componen- se dediquen a llamar de todo a sus particulares bêtes noires sin que nadie les reclame que prueben nada. Atribuyen a quien les place conductas que, de haberse producido, serían indiscutiblemente delictivas que, si realmente les constaran, deberían comunicar de inmediato a la autoridad judicial, y se quedan tan anchos.

Y, lo que es peor: el público también.

Ahora los del PSOE se echan las manos a la cabeza ante las acusaciones que les lanzan los del PP y se preguntan con cara de indignación: «¿Será posible?».

Pues claro que sí. Es posible. Y desde hace mucho.

 

P.S.- Hoy me he quedado dormido y no me he levantado hasta las 7:15. Puede parecer pronto, pero depende para qué. Y para quién. Para mí no. He tenido que salir a escape a Alicante, para acudir a la radio y participar en una tertulia que me ha tocado fuera de día. Cuando he salido de allí, me he puesto a hacer cuatro recados (cuatro, contados con los dedos de una mano) y eso me ha llevado hasta las 12:30. Para cuando he regresado a casa, casi las 13:00. Siento la tardanza.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (23 de julio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/07/23 14:55:00 GMT+2
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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