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2004/06/27 06:00:00 GMT+2

El bochorno

El hasta ese momento jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Luis Alejandre, montó ayer una bronca de mucho cuidado con ocasión de su relevo. Primero dio plantón al ministro del ramo no acudiendo a la ceremonia de toma de posesión de los tres nuevos electos a la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), y luego aprovechó el acto de cesión del simbólico bastón de mando en el Cuartel General del Ejército para vomitar sapos y culebras. Sin dar nombres, pero en audible tono de cabreo -con el mismo aire torvo que el personaje de Gila adoptaba para mascullar «Alguien va a matar a alguien»-, Alejandre culpó de su forzado cese a la envidia, la deslealtad y la manipulación.

Que se haya agarrado un berrinche de mil pares el señor éste -que no sólo daba por sólida su posición, sino que incluso pensaba que iba a ascender, según cuentan- entra dentro de lo que explican las humanas debilidades. Lo increíble es que se permita mostrarlo así, a lo bestia. Y no digamos que Bono y los suyos examinen su proceder y no vean motivo para reconvenirle, como dice El País. Si hasta en el PSOE empieza a haber ya más disciplina que en el Ejército, toma Perejil y vámonos.

Este caballerete, por muy soberbio que sea, tenía que saber que estaba ocupando un cargo de confianza, y que la confianza es eso lo que tiene: que te la pueden quitar con el mismo derecho que te la concedieron. Y si por medio han aparecido unos análisis de ADN que demuestran que lo tuyo no parece que fuera ni el celo ni el rigor extremos, y si el personal sigue acordándose de que te referiste a las condiciones de vuelo del Jak-42 diciendo despectivo que tú no te dedicabas a organizar viajes de novios a Cancún, pues qué quieres: razón de más.

Pero estamos en lo de siempre: lo llamativo no es que este caballero tenga esos prontos; gente así la hay a puñados en todas partes. Lo que verdaderamente llama la atención -y preocupa- es: 1º) Que un personaje como éste, con un equilibrio emocional tan dudoso, fuera el jefe del Estado Mayor del Ejército del Estado español; 2º) Que haya un general que suelte todas las memeces que se le pone, regando a litros fuera de tiesto, y sus compañeros del Cuartel General del Ejército lo celebren con una gran ovación; y 3º) Que el meapilas que ejerce de ministro de Defensa se arrugue ante ese despliegue de chulería cuartelera y no le monte al general gallito la de Dios es Cristo.

Resumen: estamos ante el guión del celebrado sainete celtibérico «Pero ¿en qué manos estamos?», entrega 855 y media.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de junio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/06/27 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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