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2004/02/12 06:00:00 GMT+1

Cuestiones de método

-¿Cómo afronta usted la escritura de una columna?

-Igual que Napoleón Bonaparte se planteaba las batallas, salvando las distancias de tiempo, de lugar, de materia y de carácter. Se cuenta que, en cierta ocasión en que le preguntaron sobre ello, el corso respondió: «On s´engage et puis on voit». Lo que, traducido muy libremente, quiere decir: te metes en el fregado y luego vas viendo cómo te las arreglas.

Quizá haya quien piense que eso no es un método, sino el anti-método, pero como cantaba Johnson, veterana loca que actuaba allá por los años 60 disfrazada de cigala (sic) en El Molino, mítico y cutre local del Paralelo barcelonés: «Pues soy así, qué voy a haser».

Mi sistema -o lo que sea- es ése: intuyo que un determinado asunto es interesante y, sin tener la más mínima idea de cómo lo voy a plantear ni de por dónde va a derivar mi reflexión, me pongo a escribir sobre él, a ver qué sucede. Voy desarrollando ideas y objetándomelas. De ese modo la columna va tomando cuerpo. Cuando lo toma.

-Dice que «intuye» el interés de los asuntos. ¿Cómo? Otra cosa, ¿no le falla nunca la intuición?

-Las intuciones son razonamientos -acertados o erróneos: ése es otro cantar- que nuestro cerebro realiza a tal velocidad que no nos da tiempo de retener sus pasos intermedios. No es imposible reconstruirlos a posteriori, pero a veces no vale la pena el esfuerzo. Y además, el éxito no está asegurado.

Tiendo a pensar que algunos asuntos me provocan porque nunca he reflexionado sobre ellos con cierto detenimiento. Me desafían a una pelea intelectual, por así decirlo.

Otros son exabruptos: leo u oigo algo que me pone como una moto y tengo que conjurar mi ira enfriándola negro sobre blanco.

En fin, otros temas me parecen propicios al ejercicio de la escritura. Es también una forma de desafío: se trata entonces de ver si soy capaz de poner por escrito tal o cual estado de ánimo.

No sé. Posiblemente hay más mecanismos de incitación que no he detectado.

Tengo más claro los asuntos que no me motivan: aquellos que sé de antemano que permiten hacer reflexiones agradables para quienes disfrutan leyendo lo que más o menos ya habían pensado por sí mismos. Muchos columnistas se dedican a eso: a halagar a los lectores confirmando sus juicios previos. No digo que yo no haya hecho eso nunca, pero si lo he hecho habrá sido sin querer.

Sobre la otra pregunta. Claro que a veces me falla la intuición. Pero nunca me falla porque el asunto elegido no merezca reflexión (todo lo humano es interesante: la cuestión es encontrar un buen enfoque), sino porque a veces elijo asuntos que no pueden lidiarse dignamente en el espacio de una columna, o que precisarían más conocimientos de los que tengo, o que superan mi capacidad de raciocinio.

En esos casos, agarro unos rebotes importantes. Porque no hay nada que me fastidie más que descubrir que llevo dos o tres horas trabajando para nada.

...

Y ahora, si no te importa, tengo que dejar de responder a tus preguntas, que me esperan otras tareas.

-Cuando quiera. Muchas gracias.

Transcripción del diálogo escrito mantenido esta misma mañana con un estudiante que prepara una tesis sobre columnistas. Ya le había advertido de que yo lo aprovecho todo.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de febrero de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/02/12 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: periodismo jor columnismo apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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