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2005/11/12 06:00:00 GMT+1

Crímenes, no errores

Según acababa de peinar el pasado miércoles la columna Gernika en Faluya antes de enviarla a El Mundo para que la incluyeran en el periódico del jueves, me vino a la cabeza una idea que me resultó interesante, pero que sólo apunté de pasada, para no dispersar la atención de los eventuales lectores.

La idea en cuestión me asaltó cuando recordé la coartada a la que recurrieron tantos alemanes tras la II Guerra Mundial. Dijeron que no se habían enterado de lo que estaba haciendo el régimen hitleriano; que, de haberlo sabido, lo habrían rechazado.

A mí, al menos, la excusa me vale de muy poco. La ignorancia no justifica nada cuando actúa como refugio; cuando es deliberada, buscada. En la Alemania de 1934 -por no hablar de la de 1939- había ya sobrados elementos de juicio para saber que los nazis eran criminales sin escrúpulos y para dar por descontadas sus barbaridades, con independencia de que se supiera más o menos sobre cada una de ellas en concreto.

Esto es así, sin duda, pero tampoco conviene llevar las cosas hasta la caricatura, porque entonces se pierde la perspectiva histórica. Hoy en día identificamos al III Reich con la monstruosidad en estado puro, pero en su momento fueron muchos, en Alemania y fuera de Alemania, los que lo tuvieron por un régimen honorable, con sus cosas criticables, desde luego, pero también con sus aspectos positivos. No pocos de los magnates de Hollywood que tanto han hecho para que el mundo entero identifique a Hitler con la esencia del Mal fueron en su día simpatizantes de la causa nazi.

Hoy en día apenas nadie admite que se catalogue como «errores» el expansionismo militar de Hitler y su recurso sistemático a las peores técnicas de exterminio. Se entiende que, en el comportamiento del criminal, el crimen no es un error, sino un acto propio de su condición y, en ese sentido, lógico y coherente.

Recojo las piezas componentes de las reflexiones anteriores y me traslado con ellas al mundo de nuestros días. Me pregunto: cuando la clase dirigente estadounidense viola sistemática y descaradamente el Derecho internacional; cuando se comporta como si el resto del planeta fuera el patio trasero de su casa, del que puede disponer a su antojo; cuando recurre a la violencia arbitraria para imponer sus designios allí donde ve peligrar sus intereses; cuando emplea armas prohibidas, encarcela sin contar con los jueces y establece presidios secretos... ¿frente a qué estamos? ¿Frente a las lamentables disfunciones de un régimen honorable que incurre en ciertos errores o más bien ante el comportamiento lógico y coherente de una banda criminal?

He escrito antes que en 1934 ya se sabía lo suficiente de lo que estaba pasando como para no llamarse a engaño con Hitler y los suyos. Digo lo mismo con respecto al comportamiento de Bush y los de su cuerda en el mundo de hoy.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de noviembre de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/11/12 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: irak apuntes hitler 2005 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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