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2005/01/20 06:00:00 GMT+1

Cosas del fútbol

Cuando consigo relajarme -y, no sé por qué, esta gripe que estoy pasando me tiene sumido en un estado de honda laxitud, lo que me está permitiendo dormir hasta diez horas: algo bueno había de tener-, me da por fijarme en asuntos de ésos que por lo normal dejo de lado para mejor ocuparme de los altos destinos de las naciones.

La gente habitual de esta página ya sabe que, en esos no muy frecuentes casos, un tópico en el que suelo recalar es el fútbol. El del periodismo futbolero, sobre todo.

Ayer oí dos intervenciones de sendos especialistas del gremio que me resultaron particularmente curiosas.

La primera, por lo risible. Avanzado el segundo tiempo del partido Real Madrid-Real Valladolid, y cuando el Madrid ganaba 1-0, uno de los comentaristas de la televisión, dispuesto a quedarse calvo detrás de la oreja, sentenció: «No se ve que el Real Valladolid pueda meter un gol, a no ser que el Real Madrid cometa un error de defensa».

Pero hete aquí que, al cabo de dos o tres minutos, va el Valladolid y mete gol. Ante lo cual, el comentarista apostilla: «Lo que decíamos. Un error de la defensa del Madrid ha propiciado el gol».

Son de un humor involuntario verdaderamente genial.

La otra cosa tiene más miga. En este caso se trata de un teórico de los asuntos del balompié, que pontifica en una emisora de radio. Comenta la discutida decisión del Comité de Competición -creo que se llama así, no me hagáis mucho caso-, que ha optado por no sancionar una violenta entrada del jugador madridista Luis Figo al zaragozista César Jiménez, por culpa de la cual este último estará fuera de la competición unos seis meses (o sea, el resto de la temporada, más o menos). Nuestro teórico se refiere al fallo del Comité y afirma: «Es lógico. Porque sólo podría haber sancionado a Figo de haber llegado a la conclusión de que el portugués quiso lesionar a César, y eso, ¡Señor mío!, no podemos ni pensarlo».

Cualquiera con un nivel cultural de tipo medio ha oído hablar en alguna ocasión de la imprudencia temeraria. Sabe que las leyes no sólo castigan a quien causa daños cuando los ha provocado a propósito, sino también cuando el daño se ha producido en razón de su conducta imprudente. Pero hay algunos a los que no se les ocurre que lo que es sensato en la vida, en general, lo es también en los campos de fútbol. Si el periodista en cuestión -y tantos otros- pensaran en ello -si pensaran, en general-, se darían cuenta de que entrar a un contrario del modo en que lo hizo Luis Figo es una grave imprudencia. Un acto punible, por lo tanto.

Oí el otro día a un entrenador una propuesta que me resultó curiosa. Decía que las entradas imprudentes que provoquen lesiones deberían ser sancionadas apartando de la competición al jugador que las cause durante tanto tiempo como esté en las mismas el jugador lesionado. Una variante balompédica de la Ley del Talión. En lo que sí estoy de acuerdo es en que sólo un endurecimiento muy considerable de las sanciones podría desanimar definitivamente a los muchos jugadores que se calientan y sueltan los tacos -o los codos- como quien no quiere la cosa.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (20 de enero de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 17 de enero de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/01/20 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: fútbol real_madrid apuntes 2005 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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