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2003/09/03 07:00:00 GMT+2

Actores, y malos

La Ejecutiva del PSOE ha puesto a caldo a Mariano Rajoy por abandonar el Gobierno. En su estreno como portavoz socialista, Carme Chacón afirmó anteayer que el candidato ha demostrado que es otro cobarde, como Aznar, y que huye del Parlamento porque no quiere dar la cara.

Supongo que la propia Carme Chacón será consciente de la inconsistencia de su crítica. En primer lugar, porque si algo ha demostrado Mariano Rajoy en los últimos meses es que no se arredra a la hora de dar la cara para defender causas para las que hace falta valor, dicho sea en todos los posibles sentidos de la expresión. Y, en segundo término, porque el alejamiento de Rajoy del Gobierno era de cajón. Una vez decidido que asume la dirección del PP, no podían hacer otra cosa. Sería surrealista que Aznar tuviera de ministro a alguien que es su jefe jerárquico en el partido. Eso, más que un Gobierno bicéfalo, sería un Gobierno cefalálgico.

Una y otra vez, el PSOE incurre en críticas afectadas, teatrales, cogidas por ni se sabe qué pelos. Parece no darse cuenta de que, a fuerza de pintar como catastróficas tantas actuaciones de Aznar y los suyos, devalúa lo que hacen de verdaderamente catastrófico. Lo trivializa.

No trato de decir que los dirigentes del PSOE critiquen demasiado al PP. De hecho, creo que se quedan muy cortos.

En realidad ése es precisamente su problema: que, como las críticas que formulan son por lo general bastante superficiales -en el fondo ambos partidos están bastante de acuerdo en casi todo, salvo en quién debe gobernar-, tienen que cargar exageradamente las tintas para fingir que ejercen una oposición intransigente.

Sobreactúan. Y se les nota.

Los jefes del PSOE son víctimas sistemáticas de tres contradicciones que ni quieren ni pueden quitarse de encima.

Primera: lo que ofrecen al electorado a cambio de lo que hay se parece enormemente a lo que hay (aunque el compañero Tamayo, afamado renovador por la base, lo considere poco menos que maoísmo).

Segunda (y todavía más enojosa): casi todo lo que critican en el PP, presentándolo como despotismo y reacción pura y dura, es calco de lo que hizo su propio partido cuando tuvo el Gobierno en las manos. ¿Qué digo su propio partido? Ellos mismos, en buena medida.

Y tercera (suma y resultado de las dos anteriores): no hay ninguna razón para creer que lo poco diferente e interesante que ofrecen lo cumplieran realmente, en caso de vencer.

El conjunto es demoledor. Y las encuestas dan cuenta de ello.

Recuerdo lo que se decía del PP en los tiempos del esplendor felipista: que no subía más porque había tocado techo. Mucha gente no se dio cuenta de que, como en la canción de Paul Simon, el techo de los unos suele ser el suelo de los otros. Con una oposición como ésta, las únicas posibilidades de ascenso de los de abajo se cifran en el hundimiento de los de arriba.

Javier Ortiz. El Mundo (3 de septiembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 10 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/09/03 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: pp el_mundo aznarismo 2003 psoe rajoy chacón aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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