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2012/01/16 00:02:36.010000 GMT+1

Terra Brasilis


Opérarios. Tarsila do Amaral (1933). Acervo Artístico-Cultural dos Palácios do Governo do Estado de São Paulo.

En los últimos meses la escena cultural de Bruselas ha estado dominada por un gran festival multidisciplinario: Europalia. Cada año este evento se dedica a mostrar la herencia cultural de un determinado país; en esta ocasión el país homenajeado ha sido Brasil. No podían haber elegido otro mejor. Porque en este período de agresiva desposesión en la Unión Europea, son cada vez más los europeos -especialmente del sur- que miran hacia un país eufórico del que Europa parece ser su deprimente negativo. Un país cuya economía está, de momento, creciendo mucho. Tras haber superado el Reino Unido, Brasil es ya la sexta potencia económica del planeta.

El éxodo de las personas constituye, entre otras cosas, una respuesta al saqueo que exige el capital y a los regímenes de trabajo semiforzado que se están imponiendo en Europa con las reformas laborales (me refiero a la obligación de buscar un empleo, por más difícil de encontrar o más basura que sea, para poder tener derechos a prestaciones sociales, pensiones, etc.). Algunos países europeos, entre ellos España, han pasado a tener tasas migratorias netas negativas. Es decir, que ya hay más salidas que entradas de personas. Continúa siendo relevante la migración intraeuropea, pero empieza a destacar la salida de ciudadanos de la Unión Europea fuera del continente. El Wall Street Journal dedicó hace unos días todo un reportaje a la emigración europea, y concretamente a la española. Casi 6 de cada 10 españoles emigraron en 2010 fuera de Europa, sobre todo a América Latina, preferentemente a Brasil, siguiendo el ejemplo portugués. En el caso de Canarias, el propio gobierno autonómico, a falta de mejores ideas, promueve la emigración de los jóvenes del archipiélago, retomando una arraigada tradición. Muchos de los que emigran son de origen inmigrante, como los argentinos o brasileños que vinieron a España a finales de los años 1990 y principios de los 2000.



Entre los europeos dominan ingenieros, arquitectos, profesionales de las finanzas, de las comunicaciones. Y es que en Brasil se concentran hoy diversas burbujas: de la construcción, del agronegocio, de materias primas como el petróleo. Las fuertes inversiones públicas motivadas por los grandes eventos deportivos (Copa del Mundo de Fútbol en 2014, Juegos Olímpicos de Rio en 2016) compensan de momento la desaceleración que se aprecia en el sector industrial. En El País Negocios del 15 de enero se señala que

"Desde 2003, el PIB se ha multiplicado casi por cuatro, tanto que casi la mitad de la población exhibe pautas de consumo de clase media. Es la economía que mayor variedad de materias primas explota -metales pesados, petróleo, tierra agrícola, metales preciosos, productos químicos y agrícolas, en orden de importancia por su peso en el PIB- y, pese a ello, sus exportaciones de estos recursos apenas superan el 11% del PIB, lo que les hace menos vulnerables a la desaceleración económica. El bajo nivel de inversión en el sector pone en riesgo su desarrollo en el futuro, aunque deja mucho margen de mejora si cambia el patrón.

Pero Brasil es quizás el mayor exponente del fenómeno de la enfermedad holandesa: el real se ha revalorizado un 115% en menos de 10 años y los precios de la vivienda se han disparado hasta rondar el 200%, una burbuja que aún no ha explotado y que puede desestabilizar a la mayor economía latinoamericana si lo hace."

Estas burbujas están generando una abultada deuda interna (que el CADTM estimaba en enero de 2011 en 885.000 millones de euros), mientras paralelamente la deuda externa seguía aumentando, aunque se redujera en relación al aumento del PIB (hoy se sitúa en torno al 15% del PIB). Por otro lado, aunque los índices de desigualdad se han reducido notablemente durante la última década, siguen siendo de los más altos del mundo y son cientos de miles de personas pobres las que están siendo desplazadas por la especulación urbanística derivada de los citados eventos deportivos o el avance del agronegocio.


Siguiendo al empleo. Mientras en España el empleo en la construcción se agotaba...Brasil ha tenido un boom en la construcción...que ha atraído a muchos trabajadores extranjeros al país. Fuente: Wall Street Journal.

Sin embargo, el gobierno brasileño no acoge a todos de la misma manera. Brazos abiertos para sus nacionales (de 3 millones de brasileños emigrantes que se calcula que había en 2007, se cree que desde entonces ha retornado un millón), también para españoles, portugueses e italianos cualificados, pero restricciones para los pobres de otras regiones. Desde hace unos días, Brasil restringe las condiciones de acceso de los inmigrantes haitianos que llegan por la Amazonía, a los que a partir de ahora exige visado de entrada. Y eso que el Estado brasileño ostenta una responsabilidad especial por la ocupación militar de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), presente en el país desde el golpe de Estado contra Jean-Bertrand Aristide. También llegan inmigrantes de Asia. Investigando sobre la suerte de los haitianos en Brasileia (Brasil), el corresponsal de Al Jazeera llegó a encontrarse incluso con una pareja de bangladesíes que deambulaban después de haber invertido sus ahorros en el largo viaje.

Brasil parece, pues, encaminado a volver a ser un destino preferente para los migrantes procedentes de más allá de la región suramericana. Si se consolida esta tendencia, y mientras no se repita una nueva crisis financiera, podríamos estar asistiendo a la cuarta gran oleada migratoria internacional desde la abolición de la esclavitud en 1888.


Inmigrantes en Brasil por país de origen, desde 1880 a 1969. Fuente: Focus-Migration.

Paradójicamente, el volumen de migraciones intrarregionales se ha reducido en Brasil durante la última década, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Debilitado el proceso de éxodo rural, los flujos migratorios pierden intensidad (2 millones de personas entre 2004 y 2009, frente a 2,8 millones entre 1999 y 2004), con un incremento de las llamadas migraciones internas de retorno. Y mientras se desacelera el crecimiento de las grandes urbes, son las ciudades de menos de 500.000 habitantes las que más crecen, algunas en zonas vinculadas al agronegocio y de presión sobre los bosques tropicales. Pero esta situación podría volver a cambiar durante esta década.

Crecimiento de población - Brasil 2010
Tasa de crecimiento de población. En rojo, las zonas con mayor crecimiento porcentual de población. Período 2000-2010. Fuente: IGBE

Brasil vive desde hace mucho tiempo al compás de las migraciones, tanto internas como externas. Fue la inmigración masiva de finales del siglo XIX y principios del siglo XX la que permitió el desarrollo del trabajo asalariado "libre" en Brasil y la misma industrialización. Una nueva oleada migratoria internacional puede producir nuevas mutaciones biopolíticas. Sea como fuere, y pese a todas sus violentas contradicciones -también raciales y ecológicas-, Brasil parece mejor preparada para afrontar el reto que lo que estuvo una Europa de gobiernos pusilánimes o cicateros.

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Escrito por: Samuel.2012/01/16 00:02:36.010000 GMT+1
Etiquetas: unión-europea brasil especulación urbanismo migraciones burbuja crisis haití españa | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Gracias Quilombo por no hablar de Fraga, la luz de tu faro siempre nos guia certeramente.Un abrazo.

Escrito por: flamboyan.2012/01/16 17:49:12.904000 GMT+1

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