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2008/11/06 02:00:17.165000 GMT+1

King Obama

"Confieso que estoy entusiasmado por la idea de que Obama llegue a ser presidente, aunque sea dolorosamente consciente de sus limitaciones" Howard Zinn, historiador.

Cómo no festejar el fin de ocho años de gobierno neoconservador, después de que el crack bursátil acabara simbólicamente con treinta años de neoliberalismo. Cómo no alegrarse ante la escenificación de la ruptura con toda una era de supremacía blanca. En definitiva, con la contrarrevolución conservadora iniciada en los años setenta.

Y todo ello a pesar del hartazgo por la hiperinflación informativa, y la constatación de las perversiones del excluyente sistema político estadounidense y las limitaciones del poder presidencial norteamericano en el momento actual. Pese a todo, no podemos menospreciarlo: la victoria de Barack Obama es la expresión de la fuerte movilización social que ha venido fermentándose en los últimos años y que ha transformado el paisaje político norteamericano, como refleja también el 65 % de participación, algo insólito en unas elecciones presidenciales y que rompe con la doctrina desmovilizadora promovida por Samuel Huntington en 1973. Son los que no fueron a votar ni en 2004 ni en 2000: sobre todo negros e hispanos, y parte de las clases medias de los distritos industriales que ahora se han empobrecido, en una alianza interracial forjada en la crisis. A la labor de las organizaciones de base debe Obama una parte no desdeñable de los fondos "independientes" que ha recaudado, si bien hay que recordar que las grandes corporaciones han aportado lo suyo a través de sus empleados.

Con esta movilización, Estados Unidos se ha unido a la oleada progresista que recorrió América latina durante la última década y que cuestionó no sólo el neoliberalismo, sino la misma herencia colonial de los Estados americanos. En cierto modo, resulta tentador comparar el significado del acceso de Barack Obama a la presidencia con el de Evo Morales en Bolivia, pese a las obvias diferencias de clase e ideológicas. La corriente que ha llevado a Obama a la presidencia se ha expresado más por internet que en batallas campales con la policía o el ejército. Obama tampoco va a convocar ninguna asamblea constituyente que refunde el Estado. Sin embargo, bastaría con que se dedicara a desmontar el aparato represivo de la era Bush (Patriot Acts I y II, Guantánamo) y respondiera al hastío de la guerra (de todas las guerras: contra el terror, pero también contra las drogas) para dar cauce a importantes transformaciones. Sus penosos planteamientos sobre la cuestión afgana no augura nada bueno en esta dirección, pero tal vez la necesidad le obligue a ello.

En realidad, el "cambio tranquilo" que promueve la corte -nacional e internacional- que se ha formado a su alrededor probablemente acabe pareciéndose más al llevado a cabo en el otro gran país esclavista americano: Brasil. El presidente Lula simbolizó un cambio simbólico de gran magnitud, la llegada de un obrero sindicalista a la presidencia de la potencia regional, aunque aceptara desde el principio los acuerdos de su predecesor con el Fondo Monetario Internacional, del mismo modo que Obama aceptó el controvertido plan de salvamento de Paulson-Bush. Su ambiguo legado nos deja una potencia emergente que ha promocionado cierto multilateralismo (Unasur), pero cuyo desarrollismo agro-industrial y su comportamiento en la región, con multinacionales como Petrobras, no se diferencia mucho de sus equivalentes del Norte. Al mismo tiempo, ha promovido programas contra la pobreza -aunque en la línea del Banco Mundial-, mantenido complejas relaciones con los movimientos -entre la cooptación y la cooperación- y promocionado acciones afirmativas para los negros en un país en el que el mestizaje ocultaba espinosas cuestiones raciales.

No cabe duda de que el establishment presionará para volver a meter el genio social en la botella, desatado tras una interminable campaña electoral. Que lo logre no significa que no quede algo positivo después de todo. Habrá que ver. Por lo pronto, la elección de Obama deja aún en peor lugar el deprimente panorama político europeo, donde si algo se mueve claramente es hacia posiciones reaccionarias.

Escrito por: Samuel.2008/11/06 02:00:17.165000 GMT+1
Etiquetas: estados-unidos elecciones bolivia brasil obama | Permalink | Comentarios (6) | Referencias (0)

Comentarios

Soy bastante más pesimista que tú Samuel, sin menospreciar el alivio que supone la jubilación de Bush, y coincidiendo contigo en que unas cosas y otras han despertado el entusiamo de muchos de los que se quedaban en casa, me temo que no sólo el genio volverá a la botella del establishment, sino que también el entusiasmo se transformará en desencanto y frustración. 
No confío en ningún cambio real esperanzador, ni para las minorías étnicas pertenecientes a estratos sociales bajos, que seguirán situadas en el punto de mira de las políticas represivas y de los atropellos racistas, ni tampoco, como bien dices, cabe esperar nada sensiblemente bueno en política internacional., y asi en mil cosas. Y por supuesto, no hay que olvidar que Obama es partidario de la pena de muerte, de la tenencia de armas....
Vaya, que todo esto me suena a aquello del talante de ZP, que se quedó en talante y en soltar de tanto en tanto una migaja de buen rollito para disimular.

Escrito por: Marieta.2008/11/06 13:03:18.300000 GMT+1

Desde luego que es un alivio que George W Bush ya no dirija el mundo y que no lo haga su clon John McCain. Pero me temo que el cambio prácticamente sólo afecta al "quién", los "qué" y "cómo" se harán las cosas seguirán siendo básicamente los mismos, como bien ha demostrado el viaje a derecha que ha acompañado el ascenso de Obama al poder.

Un par de recomendaciones.

Jeremy Seabrook en The Guardian:

"Poor prisoners of faith! Just as more than 10 per cent of black males between the ages of 30 and 34 are in a prison population of 2.3 million, so a majority of blacks in the USA are prisoners of ideologies which promote equality in everything but economic status. Whatever penal reforms might be possible, it is not within Obama's power to release anyone, black or white, from the abstract ghettos or the carceral institutions which are inseparable from the veneration of success, of which Obama himself is both embodiment and emblem."

Walter Benn Michaels en New Left Review:

"It is the increasing gap between rich and poor that constitutes the inequality, and rearranging the race and gender of those who succeed leaves that gap untouched. In actually existing neoliberalism, blacks and women are still disproportionately represented both in the bottom quintile—too many—and in the top quintile—too few—of American incomes. In the neoliberal utopia that the Obama campaign embodies, blacks would be 13.2 per cent of the (numerous) poor and 13.2 per cent of the (far fewer) rich; women would be 50.3 per cent of both. For neoliberals, what makes this a utopia is that discrimination would play no role in administering the inequality; what makes the utopia neoliberal is that the inequality would remain intact. Worse: it is not just that the inequality remains intact but also—since it is no longer produced by discrimination—that it gets legitimated."


Un saludo

Escrito por: Carlos Sardiña.2008/11/06 13:24:37.710000 GMT+1
http://carlos-enestemundo.blogspot.com/

Gracias a los dos. Estoy de acuerdo con el hecho de que Barack Obama forma parte del establishment (aunque no pertenezca a la casta tradicional del Partido Demócrata), y de que básicamente obrará como tal. Pero no es de él de quien hablo, a pesar del título, en el que he rendido homenaje a su ascendente africana. He querido destacar principalmente el movimiento popular que lo ha conducido a la Casa Blanca, y que afortunadamente no ha sido el de los ultraconservadores creacionistas. ¿Que ahora se disolverá en malls, iglesias, y McDonald's? ¿Que acabará subsumido en la maquinaria política de Washington? Seguramente, y muchos se desilusionarán muy pronto. Pero ignorar ese magma social una vez pasado el show electoral contribuye más a la perpetuación de la política desde arriba que las maquinaciones de la elite.

La lista de mejoras que Barack Obama probablemente no pueda o no quiera llevar a cabo puede ser interminable. Pero no espero gran cosa de su gobierno, como no lo esperaba de Lula, ni siquiera de Evo. Y menos aún en política exterior. Sólo desde una visión angelical de las potencialidades del despacho oval puede uno llamarse a engaño. Yo de quien espero algo es de los millones de personas que han contribuido a que por primera vez en cuarenta años -desde que Richard Nixon iniciara la represión de los movimientos contestatarios de los sesenta- los Estados Unidos hayan girado aunque sea un poquito a la izquierda.

Mencionaba que Obama podría comenzar a poner fin, entre otras guerras, a la guerra contra las drogas reaganiana, la causa principal de la elevadísima población penitenciaria y de la exclusión política y social de millones de negros y latinos. No habrá abolición de una prohibición absurda, pero si al menos comienza a derogar leyes como la del three strike o el requisito legal de las mandatory minimum sentences habrá dado un paso importante en la buena dirección. Pero esto sólo será posible si la movilización ciudadana continúa, aunque choque con iniciativas del nuevo gobierno. Mike Davis lo ha expresado muy bien:

"The great challenge to small bands of the left is to anticipate this mass disillusionment, understanding that our task is not "how to move Obama leftward," but to salvage and reorganize shattered hopes".

En el frente exterior, Tariq Ali:

"Activist pressure is crucial to achieve anything. I think antiwar activists should turn up in large numbers to the inauguration with banners reading, "Congrats Barack, now out of Kabul and Iraq!"

Saludos.

Escrito por: Samuel.2008/11/06 16:30:1.963000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel


Desde luego una clave es que Obama, y el exhaustivo estudio estadístico que va aparejado al ejercicio del gobierno americano así lo ha de reforzar, perciba hasta que punto debe a esa movilización de las minorías su actual posición. No ya a los negros, que en su momento habían votado ya muy acusadamente por Kerry o Gore, sino a los negros marginales, a los latinos, a los jóvenes o incluso a los católicos (que por raro que nos parezca en eEstados Unidos componen cuadros más liberales que la gente de Bible Belt). Y claro está, que esa gente empiece a ser exigente y, como tan bien expresa Mike Davis, haga una tarea de anticipación.

Por otro lado, respecto a las fórmulas de campaña y propagación del discurso político, una recomendación, ni que sea de lectura oblicua: Storytelling, de Christian Salmon. Un libro de terror sobre los nuevos canales con los que las maquinarias de poder y los consorcios económico-políticos difunden su mensaje y conquistan su imaginario. Aquí una reseña en http://www.monde-diplomatique.ad/pn/html/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=996&mode=thread&order=0&thold=0 (y otra, que pese a lo sospechoso de la fuente, tiene algo de aprovechable: http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/24212/%27Storytelling%27_La_maquina_de_fabricar_historias_y_formatear_las_mentes)



Escrito por: Alexandre.2008/11/07 17:19:50.062000 GMT+1
http://vestigis.wordpress.com

El segundo enlace está incompleto. Lo siento:
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/24212/%27Storytelling%27_La_maquina_de_fabricar_historias_y_formatear_las_mentes

Escrito por: Alexandre.2008/11/07 17:21:0.351000 GMT+1
http://vestigis.wordpress.com

Interesante la reflexión de Christian Salmon. El storytelling parece querer superar las limitaciones del discurso racional occidental en un momento en el que el capitalismo explota conocimientos y afectos. Lo que no tendría nada de particular -una aproximación narrativa es común a otras épocas y sociedades como la africana-, con el dominio corporativo de los medios de comunicación se vuelve una inquietante herramienta de control social.

Escrito por: Samuel.2008/11/08 12:16:56.129000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel

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