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2011/06/23 19:10:17.632000 GMT+2

Europa bajo la tormenta


Pezi, isla de Ikaria, Grecia. Fotografía de Chris Kotsiopoulos, tomada el 15 de junio de 2011, durante el eclipse de luna.

La crisis financiera profundizó y precipitó la crisis constitucional en Europa. Pese a sus diferencias, los gobiernos europeos se empeñan por mantener y profundizar una gobernanza neoliberal que hizo aguas en 2008. En la retórica que emplean, el problema no es la política económica que promueven, sino las resistencias a la misma (sindicales, laborales, ciudadanas). Son estos obstáculos los que hasta ahora habrían impedido que los gobiernos de la Unión Europea hayan podido realizar el "objetivo estratégico" que se habían marcado para 2010: "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social (sic)" (Estrategia de Lisboa, Conclusiones del Consejo, 23-24 de marzo de 2000). Ahora, dicen, se trata de llevar a cabo las reformas que no se hicieron en su momento, en particular aquellas que intensifican la financiarización de la economía. Europa entró así en una dinámica marxiana, pero la de Groucho: al grito de "¡más madera!" va consumiendo la propia locomotora de la producción social, que también podría descarrilar con una implosión del euro. Esto es lo que pretenden evitar los líderes europeos, pero sin renunciar a seguir sacrificándonos como combustible.

Para ello hay que convertir el "no hay alternativa" thatcheriano, repetido estos últimos días de manera machacona por personajes como el comisario europeo para Asuntos Económicos Olli Rehn o el presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker, en norma de obligado cumplimiento. Ese es el significado del Pacto sobre el Euro Plus *. El miedo ayuda. Los Estados miembros ahora deben presentar planes plurianuales de ajuste y se refuerza la vigilancia de sus presupuestos con el fin de alcanzar los cuatro objetivos de contención salarial ("competitividad"), explotación laboral ("impulso del empleo"), recortes sociales ("sostenibilidad de las finanzas públicas") y estabilidad financiera. Además, se ha aprobado una reforma del Tratado de Lisboa que implantará un mecanismo de estabilidad permanente a partir de 2013, como complemento de las medidas de estabilización financiera aprobadas hasta la fecha.

Sería una verdad a medias decir que los tecnócratas de Bruselas y el FMI imponen la adopción de estas medidas a los gobiernos y parlamentos nacionales. Porque lo cierto es que los gobiernos más afectados, los de Grecia, Irlanda, Portugal o España, forman parte del Consejo y del Eurogrupo y en ningún momento propusieron salirse del marco conceptual vigente. La suma de los damnificados (a los que podrían unirse países no incluidos en la zona euro como Letonia) no permite obtener minorías de bloqueo en el Consejo, pero esos países tampoco han querido conformar un grupo cohesionado en un asunto tan importante: cada uno ha preferido desmarcarse del otro y negociar bilateralmente con las potencias centrales -más preocupadas por salvar sus bancos-, lo que ha acentuado su debilidad política.

Asistimos por tanto a una lucha colosal y acelerada por la reapropiación de la renta, entre las oligarquías político-empresariales de los Estados miembros, entre aquellas y las multitudes europeas, y dentro de estas entre aquellos cuyos ingresos dependen de sus inversiones financieras (muchos contribuyentes alemanes, holandeses o británicos; o españoles que votan pensando revalorizar sus activos inmobiliarios) y quienes no son dignos de crédito. Como dice Antonio Negri, "la explotación de lo común se presenta, pues, como renta financiera". Los programas de austeridad y la "devaluación interna" en salarios y empleos que se están aplicando en toda la UE, con especial intensidad en países periféricos como Grecia, no tienen otro cometido que preservar los intereses de inversores y acreedores financieros (lo que, como acabo de indicar, no incluye solo a los bancos), aunque para ello sacrifiquen el crecimiento económico. Por su parte, el desmantelamiento de los sistemas sociales en época de altos niveles de desempleo, las sucesivas reformas del mercado laboral y de la negociación colectiva, van encaminados a generar las condiciones que faciliten la coacción salarial. Mientras, privatizaciones como las que se imponen en Grecia implican un saqueo de activos públicos. Todo ello estimulado por un proceso de eternización de la deuda, proceso bien conocido en América Latina o en África: cuanto más reembolsas, más debes, y más condicionalidades se añaden. No en vano el Fondo Monetario Internacional lo ha dirigido siempre un europeo.

La paradoja no resuelta por la gobernanza neoliberal, ni antes ni  ahora, es que en el capitalismo cognitivo esta "acumulación por desposesión" no sólo no produce riqueza sino que bloquea su generación. Lo que sí produce es una fuerte inestabilidad política y social, que las finanzas solo pueden digerir hasta cierto punto. ¿Es posible salir de este círculo vicioso? En el marco ideológico de Maastricht, no. Menos aún con mezquindades intergubernamentales. Desde diferentes puntos de vista, observadores externos como Nouriel Roubini, George Irvin o Martin Wolf reconocen la necesidad de una reestructuración de las deudas griegas e irlandesa y, aunque lo digan con otras palabras, aluden a una respuesta federal. La zona euro es una zona de transferencias en la que los déficits comerciales externos compensan los excedentes comerciales de otros. Pero es una unión monetaria fallida, porque no se apoya en una unión política y fiscal, y porque en su defecto los mercados financieros acaban desempeñando papeles que deberían asumir los poderes públicos, por medio de la financiación de los déficits comerciales. Iniciativas metidas de tapadillo en la agenda de la cumbre europea que se celebra estos días, como la propuesta de la Comisión Europea de tasar las transacciones financieras, son insuficientes mientras no se vinculen a los recursos propios de la UE y a la fiscalidad de los Estados miembros. Algo que no parece que vaya a ocurrir en el corto plazo, lo que podría llevar a Grecia y a otros países a salir de la zona euro.

Finalmente, algunos gobiernos (Dinamarca) pretenden reintroducir  controles fronterizos dentro de la zona Schengen (la política migratoria es el otro tema estrella de la cumbre). La lucha por la renta pasa por un ataque a la posibilidad misma de un común europeo.

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* La base del Pacto del Euro Plus no es otra que los criterios macroeconómicos de convergencia que se establecieron en el Tratado de Maastricht (1992) para la instauración del euro, y que fue confirmado en el Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea y sus protocolos anexos: "3 % en lo referente a la proporción entre el déficit público previsto o real y el producto interior bruto a precios de mercado"; "60 % en lo referente a la proporción entre la deuda pública y el producto interior bruto a precios de mercado"; y una tasa promedio de inflación que no exceda "en más de un 1,5 % la de, como máximo, los tres Estados miembros con mejor comportamiento en materia de estabilidad de precios." El guardián de la ortodoxia económica es el Banco Central Europeo, cuya principal misión consiste en mantener la estabilidad de precios. Todo lo demás se supedita a este sacrosanto objetivo, aunque en tiempos de depresión económica no tenga sentido. Ni siquiera en los momentos más recesivos el BCE llegó a bajar los tipos de interés de referencia por debajo del 1% (cuando en Estados Unidos o el Reino Unido se rozó el 0%). 

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Escrito por: Samuel.2011/06/23 19:10:17.632000 GMT+2
Etiquetas: unión-europea comunes bce neoliberalismo finanzas gobernanza grecia crisis euro | Permalink | Comentarios (2) | Referencias (2)

Comentarios

Puedes añadir Yanis Varoufakis a la lista de economistas intentando de romper la logica neoliberal alrededor Maastricht y sobre todo el euro. Te recommiendo su "a modest proposal for overcoming the eurocrisis". http://mrzine.monthlyreview.org/2010/varoufakis051110.html

Escrito por: Jan.2011/06/24 08:17:22.668000 GMT+2

Gracias, Jan.

En realidad, salvo Irvin que es más keynesiano, Roubini o Wolf no es que se salgan precisamente de la lógica neoliberal. Lo interesante es que son conscientes de la problemática política que hay detrás del dilema económico europeo. Todos ellos, también Varoufakis, creen que lo mejor sería dar un impulso federal o colectivo que "comunitarice" la cuestión de las deudas públicas en Europa, pero lo descartan vista la actitud de los gobiernos europeos.

Escrito por: Samuel.2011/06/25 10:41:59.999000 GMT+2
www.javierortiz.net/voz/samuel

Referencias

...entarios 1 meneos menéalo Europa bajo la tormenta www.javierortiz.net...

Referenciado por: Europa bajo la tormenta 2011/06/24 16:45:52.028000 GMT+2

... ideológico de Maastricht, no. etiquetas: ue, crisis, neoliberalismo, grecia &187; noticia original Related posts: Referenciado por: Europa bajo la tormenta | Noticias - d2.com.es 2011/06/24 18:59:2.622000 GMT+2

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