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2007/12/31 18:23:38.337000 GMT+1

El amor transgresor

Un año antes de que André Gorz -seudónimo de Gerard Horst- y su mujer enferma Dorine se suicidaran en su casa de Vosnon, Francia, el filósofo y periodista francés, teórico de la ecología política, del capitalismo cognitivo y del trabajo inmaterial, había publicado el que sería su último libro: Cartas a D. Historias de amor (2006). En él relataba, con palabras hermosas y estremecedoras, el acuerdo que les llevaría a inyectarse una sustancia letal el 22 de septiembre de este año que agoniza.

"Pronto tendrás 82. Te has encogido seis centímetros y sólo pesas 45 kilos, y sigues siendo hermosa, con gracia, deseable" (...) "Hemos vivido juntos durante 58 años y te amo más que antes. Llevo en mí, en el pecho, un vacío que devora, que solo puede llenarse con la tibieza de tu cuerpo junto al mío."(...) "Ambos desearíamos no sobrevivir a la muerte del otro. Nos hemos dicho que si tuviéramos otra vida quisiéramos pasarla juntos."

André Gorz y D., en 1947, frente a la fábrica de Renault-Billancourt 

Por las circunstancias de su muerte, estas son las palabras que más han llamado la atención. Pero se ha hablado poco de su visión del amor: una visión transgresora, con una fuerte carga política. 

"No se puede reglamentar el amor, no se puede prescribir ni las normas de conductas, ni la fidelidad o lo que sea. Hablo de pacto por la vida antes incluso de evocar la idea de matrimonio. Es Touraine quien escribió: el amor es la menos sociable de las conductas, potencialmente capaz de todas las transgresiones sociales. El amor es una transgresión social. Porque prefiere una persona a la sociedad,  el amor contiene todos los gérmenes de la subversión. Era muy mal visto en los regímenes totalitarios y continúa siéndolo. En el nazismo o en el estalinismo el amor era considerado como una traición, porque no tenemos derecho a poner una persona por encima de la sociedad. El matrimonio es un medio que tiene la sociedad de recuperar el amor. " 

No todos comparten esta radical contraposición entre amor y sociedad. Otro filósofo marxista, Antonio Negri, ha coincidido en tiempos recientes con Gorz a la hora de reflexionar sobre el amor (será la edad), pero en este caso como concepto más amplio, que excede la relación de pareja. El amor de Negri, aquí influenciado por Spinoza y Deleuze, es un amor abierto a las multitudes, hasta el punto de situarse en el centro de su reflexión política sobre las multitudes. Según Antonio Negri y Michael Hardt,

"necesitamos recuperar el sentido material y político del amor, un amor tan fuerte como la muerte. Esto no significa que no puedas amar a tu esposa, a tu madre o a tu hijo. Sólo quiere decir que tu amor no acaba aquí, que el amor sirve de base para nuestros proyectos políticos en común y para la construcción de una sociedad nueva. Sin este amor, no somos nada."  

En otro lado, Negri añade: "Spinoza considera que después que se ha comido y bebido es necesario amar, y que amar no es sólo simplemente amarse para reproducirse, es amarse para organizarse, para estar juntos, para inventar el lenguaje, para producir. Este amor no es cualquier cosa que conlleva tan sólo pasión; también conlleva razonamiento, vida natural, vida mental. ¡Y la creación de una nueva humanidad es el acto de amor definitivo!"

Lo interesante de Gorz y Negri es cómo reflexionan filosóficamente sobre el amor desde una perspectiva materialista, sin necesidad de apelar a ninguna trascendencia, y cómo parten del amor para buscar una nueva racionalidad política, una racionalidad de los cuerpos deseantes, abierta a las pasiones, y ajena a la fría racionalidad individualista del liberalismo burgués. En Negri y Hardt el amor es, además, funcional a la construcción del común por parte de las multitudes. Por este motivo Michael Hardt prefiere referirse al concepto de amor antes que a la idea de solidaridad, que en el fondo se limita a un cálculo racional de los intereses respectivos, y antes que a la amistad, pues aquél implica una transformación de los sujetos que se aman.

Pero no nos pongamos serios con tan elevadas reflexiones filosóficas, que el año se acaba y el cava espera. Minutos antes de perecer bajo los efectos de una inyección letal, el filósofo, economista y periodista André Gorz, autor de innumerables escritos y sesudos ensayos, sobre la ecología política, el capitalismo cognitivo, el trabajo inmaterial e incluso sobre el amor, escribió la que serían sus últimas palabras:

"Avisen a la policía".

Con ellas volvió a ser simplemente Gerard Horst, aunque sea por unos breves instantes. Al leerlas, no pude evitar recordar las palabras dejó escritas el ficticio profesor Levy en la película Delitos y faltas (1990), para indignación del personaje que interpreta Woody Allen: "he saltado por la ventana". "Un intelectual como él y deja esa nota (...) ¿Qué diablos significa eso?".

Que disfruten del nuevo año. Con amor.  

Escrito por: Samuel.2007/12/31 18:23:38.337000 GMT+1
Etiquetas: andre-gorz antonio-negri woody-allen amor | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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