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2010/10/01 08:22:19.439000 GMT+2

EEUU y China: rumbo de colisión

En el Wall Street Journal del pasado 20 de julio, un destacado economista de la Agencia Internacional de la Energía declaraba que China había superado ya a EEUU como el principal consumidor de energía del mundo. Esto puede considerarse desde varios puntos de vista. Uno de ellos supondría que China todavía no ha alcanzado el alto nivel tecnológico de EEUU y, por ello, el rendimiento que obtiene por cada unidad de energía consumida es inferior al de la potencia americana. Dicho de otro modo, gasta más energía para obtener un mismo resultado, lo que por otra parte es usual en los países en vías de desarrollo.

Hay otro modo de interpretar ese dato, atribuyéndolo al continuado e imparable crecimiento de la potencia asiática que, incluso a pesar de sufrir los efectos de la crisis económica, sigue creciendo en torno a un 8 ó 9% anual, según datos recientes. Esta hipótesis se combinaría con las dificultades experimentadas por EEUU y la incertidumbre sobre la solidez y viabilidad de su recuperación económica.

Se escuchan a veces humorísticas suposiciones sobre lo que tardarían en desaparecer los bosques del planeta si todos los chinos utilizaran papel higiénico con la misma prodigalidad que el mundo desarrollado. Pero lo que no se puede ignorar es la demanda energética de la megapotencia asiática, capaz de seguir aumentando todavía de modo casi inconcebible, si se tiene en cuenta que más de un 40% de su población vive con menos de 2€ al día. De modo que ya no se trata del papel higiénico sino, por citar solo un ejemplo, del combustible de los vehículos que muchos millones de chinos adquirirán inevitablemente en los próximos decenios.

Pero la energía no es un producto más: es la base de la mayoría de las actividades del mundo en el que vivimos; su reparto y distribución entre los distintos países va a convertirse en el más crítico problema que tenga que afrontar la humanidad en el futuro inmediato. Por otra parte, las fuentes de energía elegidas por cada país son también un factor crucial en lo relativo al sostenimiento de las condiciones de vida de nuestro planeta. Utilizar carbón, petróleo, energía nuclear ordinaria, energías renovables o desarrollar la fusión nuclear (quizá la única fuente energética viable en el futuro), todo esto son problemas que afectan a la humanidad en su conjunto. Las decisiones que tome China para gestionar su futuro energético -ahora excesivamente basado en el contaminante carbón mineral- tendrán repercusiones que alcanzarán a todos los rincones del planeta.

Según estudios del Departamento de Energía de EEUU, el consumo de energía de China requerirá, dentro de 25 años, una capacidad adicional equivalente a toda la energía consumida por Europa y Oriente medio en 2007. No es difícil, por tanto, entender que una de las principales preocupaciones de los gobernantes de Pekín será prever el modo de disponer de los productos necesarios para atender a esa creciente demanda de energía.

Desde un punto de vista estratégico, una potencia como China no desea depender de suministros del exterior para tan importante suministro; por otro lado, al ser el carbón el principal producto autóctono, es de temer que las emisiones contaminantes de China crezcan considerablemente. Según datos del citado Departamento, en el año 2035 China encabezará la lista de países contaminantes. Como contrapartida, se estima que China va a convertirse en el país con mejor tecnología aplicada a las energías renovables, en especial a las turbinas eólicas y la energía solar, productos que ha empezado a exportar a EEUU, creando allí el temor de que supere y arruine la tecnología occidental en estos campos.

Por último, se observa que China está aprendiendo ya la tradicional política de EEUU de hacerse aliados en los países productores de petróleo, vendiéndoles armamento y contribuyendo a garantizar en cierto modo su seguridad. Son paradigma de esto las relaciones de EEUU con Arabia Saudí y otros Estados del Golfo Pérsico. China estrecha también lazos con Venezuela y no pierde de vista a otros países, como Arabia Saudí o Nigeria. En EEUU se estima que China se convertirá en el principal importador mundial de petróleo antes del año 2030. No es, pues, extraño imaginar un futuro en el que China y EEUU entren en rumbo de colisión, luchando por apoderarse de los limitados recursos energéticos del planeta. Mucho va a depender del modo como China plantee la forma de atender su creciente demanda energética en los próximos años.

Los problemas antes citados, por graves que sean sus consecuencias para el planeta, habrán de ser reconsiderados más adelante y aplicados a otros países cuyo inevitable crecimiento traerá serias repercusiones, de análoga naturaleza, para el resto de la humanidad, como son India, Brasil, Egipto, Nigeria, Indonesia, etc. Compleja es, pues, la tarea a la que se van a enfrentar los dirigentes del mundo, si antes éste no se desintegra como consecuencia de la irrefrenable metástasis de esa moderna enfermedad llamada capitalismo neoliberal especulativo, cuyos síntomas ya estamos empezando a sufrir.


Publicado en República de las ideas, el  1 de octubre de 2010

Escrito por: alberto_piris.2010/10/01 08:22:19.439000 GMT+2
Etiquetas: eeuu energia china | Permalink | Comentarios (2) | Referencias (0)

Comentarios

... y luego cuando llegan "las inevitables guerras justas" dicen que nadie lo veía y que todo se debe a la maldad intrínseca del enemigo...

sigue siendo un lujo leerte...

Escrito por: jesus cutillas.2010/10/01 11:16:18.473000 GMT+2

Me sumo al comentario de Cutillas. Plas, plas, plas.

Escrito por: iturri.2010/10/04 00:08:36.066000 GMT+2

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