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2007/07/01 05:42:00 GMT+2

Apatía por los Stones

Volviendo a casa esta noche he escuchado algo saliendo de la ventanilla de un coche. No era el habitual chundachunda pero no por eso deja de ser normal que sonara, normal en cualquier ciudad, normal ya a cualquier hora. Se trataba del Sympathy For The Devil de los Rolling Stones.

Me hace pensar. Los Stones son piedra (valga la redundancia) angular de mi adolescencia. Podría aquí comentar que 'adolescencia' es un palabro fluorescente: nada que ver con adolecer de algo, como me timó un profesor de literatura entonces (arrastré muchos años esa idea hasta dar con el étimo auténtico), sino con la adultez : la adolescencia es el proceso de hacerse adulto. Esto es, la fluorescencia de la larva.

Pues bien, soy una de las quintas (de las muchas) que se han hecho más altas, older, más viejas, con los jodidos Stones. Recuerdo mi COU. Lo pasé forrado (de la carpeta hablo, claro) de Stones. Era el año 1982. La gira del Tatoo You. Más allá (muchísimo más allá) de ser el año del traspaso a la mayoría de edad (cumplía 18 añicos en junio) o de las PPAU y el fin e inicio de estudios, era el año de los Stones. Venían a mi ciudad. Bendecían mi existencia. Daban un sentido a mis melenas. Aparecían.

Fui de los que saltó de tres en tres las escaleras mecánicas de El Corte Inglés, con un billete de dos mil pesetas en la mano, para conseguir una entrada para el 9 de julio en el (hoy desaparecido) estadio de Sarrià. Y pocos meses después volví a correr para canjearla por otra, con menos colores pero de igual valor, para poder verlos en el Vicente Calderón. Qué tiempos.

Los Stones eran (o al menos me resultaban) la caña. La sal de la tierra y la guarida, el amigo y el macarra, el verlo pintado en negro y en colores (Salt of the Earth, Gimme Shelter, Waiting for a Friend, Street Fighting Man, Paint it Black, She's a Rainbow...). Entendíamos (empezábamos a entender, mejor dicho) el mundo a través de esa lengua, de esos requiebros de cintura, de esos riffs inimitables, de esos himnos públicos y secretos y de las entonces prematuras canas del buen bataca Watts... Todo era 'stoniano'. O casi casi todo.

El concierto en Madrid fue mi estreno como adulto, mi rito de iniciación al no sé qué del futuro por saber. Estaba allá aquel quinteto de monstruos repartiendo el pan y el vino de la sagrada comunión rocanrrolera. De los guijarros predicadores en el desierto abarrotado. De la parte de la nada que nos correspondía como gritones fumetas.

Paréntesis. Un cuarto de siglo.

Pasa el tiempo. Ya te digo si pasa. Ni sé qué día, pero hace pocos días los Stones pasaron aún más cerca (y más asequibles) de nuevo ¿Y? Ni puto caso. Ni lo merecen, claro. Ya estuve en esa misa, ¿para qué repetir el sermón si me quedó claro el mensaje? Pasan arrugados, profetas o no, héroes del gimnasio y de las lujurias,  dioses imponentes del vacío. O vale, del eco. O de la nada, que es como decir de casi todo.

Y para colmo gotea una noticia (breve, lo normal en estos casos) : accidente laboral en el desmontaje del espéctaculo. Subcontratas, prisas, absurdos del  mundo, reglas del capital, puta mierda de negocio circense. Qué penoso regusto. Aquello que en tiempos fue mi combustible vital hoy no me motiva ni siquiera como chiste macabro. Aunque es cierto que pese a todo, no en vivo pero sí enlatado, queda el poso del concepto, desde luego. Regla primera del rock... No encuentro satisfacción.  Pero  lo intento.  Pero lo intento.  And  I try "ay ay". Qué grandísimos aquellos Stones.

Y sin embargo, era muelle. Solamente un muelle para brincar hacia la adulta realidad. Hace 25 años no hubiera podido suponer que 25 años más tarde podría titular algo así : ¡apatía! ¿por los Stones?

Apatía por casi todo. Viene a ser casi lo mismo.
Y sin embargo amanece.

Escrito por: pakua.2007/07/01 05:42:00 GMT+2
Etiquetas: rolling-stones himnos adolescencia rock | Permalink | Comentarios (2) | Referencias (0)

Comentarios

Piensa que a lo mejor no es por ti sino por ellos. Está claro que no son lo que eran hace un tiempo... Yo les vi en el 2003 y es uno de los conciertos que menos me han gustado. Además las circunstancias no acompañaban: ¿Pagar unas entradas carísimas para verles a dos kilómetros? No, gracias.

Ánimo hombre. Y la próxima vez que venga Ray sí que no te vas a escapar. ;)

Escrito por: Imaginary Man.2007/07/01 11:17:7.671000 GMT+2

      Espero que por todo, todo, no.
      y estoy seguro de que sigue habiendo algunos chundachunda que mueven tu corazoncito. A mí me lo menean algunos ruidos de entonces y de antes, todavía. Los Rollin' nunca, pero eso ya debe de contar entre mis defectos.

      Un saludo del Marinero Vakulinchuk, que ahora navega más bien poco
      Rómulo.

Escrito por: Marinero.2007/07/08 10:39:24.938000 GMT+2

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