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2005/02/12 08:00:00 GMT+1

El cuarto de los libros

Me asomo a la ventana de este cuarto perfumado con libros de todos los olores y contemplo el discurrir de un mundo enfermo. Miles de alas negras se deslizan entre lo cotidiano. Caen entre los pasajeros de la realidad, mueren reposando su existencia con levedad, agitadas por corrientes de aire que bien podrían ser los estornudos de los dioses sordos y ciegos.

Ahí va una señora, perseguida por una bolsa errante, enloquecida. Allá arranca el motor de su coche un cerrajero que hace caja estos días de verano y huida colectiva. Pertenece al gremio de los espabilados, con su característico frotar de manos y el hilillo de saliva salvaje que se separa de la comisura de sus labios resecos cuando extiende la factura.

Se le escapa tan rápido como la insaciabilidad. Dos palomas vuelan hasta la ventana de mi salón, ocupando una propiedad ajena; se ríen de mí, se mofan de la propiedad privada, de mi amargura, de mi malestar. Permanecen presas de su destino, como yo, pero ellas tienen las alas de la libertad, ésas que a uno le cortan cuando nace. Mientras Miles Davis dibuja el perfil imaginario de un pensamiento musical, reparo en los segundos que se escapan, en los gramos de tiempo que han huido dejándome vendido ante la eterna pregunta sin respuesta. He bebido ya hoy largos tragos de desesperanza. La fiebre de la insatisfacción remarca, como de costumbre, mis ojeras, y las huellas del infortunio y de la motivación crítica me convierten en un anciano sobre el que reposan las manchas del olvido. En esta tercera edad de la melancolía se arruga el alma y se encoge la razón, se atrofian los eternos deseos, se consumen los planes y las revoluciones vitales, palidecen las ilusiones de conquista.

Debajo de una rama de este árbol que con su presencia casi engulle la ventana de mi cuarto de libros de fragancias, se ocultan unos pajarillos. Son menos osados que las palomas, o sea, más respetuosos. Quizá su distanciamiento se deba al miedo. En cierta forma, los entiendo: yo me he hecho viejo por el miedo.

Escrito por: Marat.2005/02/12 08:00:00 GMT+1
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