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2013/11/16 08:45:00 GMT+1

Joseba Irazoki, Internet y la música

Joseba Irazoki (Bera, 1974) es un músico todoterreno que lo da todo encima de un escenario pero que pocas veces se ha soltado la melena en una entrevista como la que Sustrai Colina le hizo para la revista Argia. Si no os parece interesante el inicio, aviso que la cosa va de menos a más.

"Con Internet, la industria no es necesaria para la música"

Argia: ¿Guitarra?

Joseba Irazoki: Soy una persona que cuando había que elegir entre el acordeón y el piano sólo veía la guitarra. Entonces escuchábamos música en el coche de nuestros padres. Pedrito Fernández, Mikel Laboa, folk vasco... Nada de Beatles. Más tarde, fue el Rock Radical Vasco el que me chivó que necesitaba la guitarra para hacer rock. Mis dos primeros grupos fueron La Polla y Kortatu. Después me cegué con Barricada y la primera guitarra electrónica llegó a los 16 años. Tocaba canciones de estos grupos: era mi estilo preferido. Hasta los 20 años repartía el tiempo entre el deporte y la guitarra, pero a partir de entonces he tenido la guitarra en mi cabeza casi 24 horas al día. Mi chica me ha dicho muchas veces que mi guitarra y yo somos uno. ¡Qué quieres que te diga! Hemos convertido juntos la afición en oficio y desprenderme de ella a los 40 años es como quedarme manco.

Argia: Sin la guitarra, manco. Y sin el microclima musical de Bera, ¿como una trucha fuera de su hábitat natural?

Joseba Irazoki: Somos fronterizos y, si algo son las fronteras, son espacios vivos con un continuo y diverso trasiego. Los músicos que hemos salido de Bera no nos movemos en los estándares de la música, caminamos por senderos diferentes. Tocamos lo que va en sintonía con nuestra cultura, con nuestra cultura musical. Somos el resultado de abundantes intercambios de discos. Eramos unos melómanos que bajábamos al bar y compartíamos y escuchábamos discos entre cervezas. Eramos presa de una búsqueda continua, porque no nos servían las radio-fórmulas y televisiones y no podíamos quedarnos sin saciar nuestro hambre musical. Así fue como nos metimos por estos caminos, y como un sendero te lleva a otro, pues así nos va.

Argia: Eso de intercambiar discos en un bar parece ya una escena prehistórica.

Joseba Irazoki: Lo que antes se hacía en un bar ahora se hace a través de Facebook y Youtube. Es cierto que se ha perdido esa relación íntima, que el intercambio es ahora más global y está más extendido, pero gracias a Facebook no tiene precio la posibilidad de descubrir un disco de un grupo de un pueblo perdido de los Estados Unidos. El problema es que, en general, la música se escucha en condiciones más precarias ahora, y no sólo por la poca calidad del formato Mp3 y de los altavoces de los ordenadores, sino porque se ha transformado el proceso de escucha. Cuando te ponías a escuchar un disco en tu cuarto estabas únicamente a eso, a sentir las melodías, a respirar cada nota. Ahora estás en Internet, al mismo tiempo oyes música, ves un vídeo y le envías un mensaje a un colega. Vivimos además la época de los singles y de los vídeo-clips. Y hay gente que piensa que no hace falta tener un disco con un vídeo-clip rulando por Youtube. Puede que sirva para que te conozcan y tu trabajo se extienda a los cuatro vientos, pero a mí me gusta la gente que hace discos, alguien que propone una pieza entera, un sonido común. Pero vivimos en un tiempo donde se valora la cultura de la inmediatez, y la música no está tampoco a salvo. Si quieres ser famoso, adelante, pero ¿cómo vas a ser músico si no tienes ni un repertorio ni capacidad de actuar en directo? Yo me siento manco sin la guitarra y quien sólo tiene una única canción, está cojo.

Argia: ¿Nos metemos en el debate de la gratuidad a la hora de bajar música o prefieres pasar de largo?

Joseba Irazoki: No es fácil. Han cambiado los tiempos y, para adaptarte a ellos, parece que tienes que dar tu música prácticamente gratis y conseguir el pago a ese trabajo a través de otros medios. La idea de la gratuidad del arte es muy romántica, pero ¿por qué ha de ser gratuito el arte y pagado el trabajo de un electricista? Nosotros también necesitamos cobrar. De todas maneras, me parece importante mantener el carácter libre y gratuito de Internet, pero como contraprestación debería cobrarse por los directos. ¿Que las entradas para ver a Tom Waits en el Kursaal cuestan 100 euros? Es dinero, pero cualquiera te cobra 500 euros por una chapuza y todos nos quedamos callados. La labor de cualquier trabajador ha de verse recompensada. Está claro que, comparado con el arreglo de un coche, ir a un concierto no es una necesidad básica, pero no sé si no somos cada vez más pobres culturalmente, no sé si somos capaces de valorar en su justo término la cultura.

Argia:¿Quizá apreciamos una cultura más pobre?

Joseba Irazoki: La cultura que vendemos y la cultura que nos venden es muy blanda, de fácil ingesta, pobre. Puede que las personas no demos la talla y seamos más animales de lo que nos creemos y que tengamos la sociedad que tenemos porque no llegamos a lo que creemos ser. Si no hay periodistas que investiguen con seriedad o si el periodista se ve obligado a trabajar a la carrera, difícilmente podrán publicarse profundos análisis y si la gente se acostumbra a lo fácil, luego no hay manera de darle la vuelta a la situación. A mí me han llegado a decir que mi música no es demasiado fácil, que no es como para la radio, y más que una crítica me lo tomé como un cumplido. No creo en cánones ni en la música ni en ningún otro apartado. Tú tienes que hacer lo que realmente crees que tienes que hacer, buscar lo que tú crees que es bueno. Amoldarte a lo que hay, empobrece tu creatividad. ¿Que te llena más otro camino? Pruébalo, porque es así como llegan los resultados en todos los ámbitos de la vida. Reconozco que he hecho algún que otro trabajo pasando por el aro, pero no creas que he conseguido mejores resultados...

Argia: Las escuelas y las academias de música también tienen fama de amoldar al alumnado. Has sido profesor durante mucho tiempo.

Joseba Irazoki: He trabajado en academias privadas y escuelas públicas. Aunque poco a poco se está abriendo paso, la metodología utilizada en las escuelas públicas está encaminada hacia la música clásica, y aunque lo clásico sea necesario, me resulta tan increíble como reaccionario que hoy en día no haya en las escuelas públicas la posibilidad de recibir una formación pop-rock con fundamento. En las academias hay más variedad, pero generalmente se enseña mirando al resultado más inmediato, el canon de marras, dando las cosas todo lo hechas que se pueda. No hay ningún sistema educativo que permita educar al artista basándose en su personalidad. Es imprescindible trabajar unos cimientos sólidos, pero la lección más difícil y la más importante al mismo tiempo es conseguir que cada cual busque y encuentre su propio camino. Es por esto por lo que no me gusta la enseñanza: amo tocar, compartir con otros músicos, crear.

Argia: ¿Esa fue la razón por la que decidiste, hace tres años, abandonar la docencia y dedicarte a la música?

Joseba Irazoki: Estaba muy quemado con la docencia y el cuerpo me pedía un cambio. Además, me llegó también una garantía económica con la que no contaba hasta entonces, porque no sabía si podía vivir de mi carrera musical, pero viendo que tenía entre manos tres proyectos potentes, decidí apostar por ello. Luego tenía una especie de contradicción, porque me inicié en la educación precisamente por no entrar en los cánones. No quería hacer música solamente por dinero. Aunque no diera conciertos y no vendiera nada, quería hacer la música que me apetecía y tener asegurados los ingresos por otra vía. Pero hace tres años, me di cuenta de que los proyectos que tenía entre manos era atractivos, que si algo me sentía, me sentía músico y no profesor, y decidí dar el salto. Ahora hago lo que me gusta. ¿Que hay meses en los que no hay conciertos y que la necesidad de dinero te crea un punto de estrés? Sí, pero también te da vida, porque siempre estás buscando nuevas fórmulas. Mira, el proyecto del hombre-orquesta que tan buen resultado me ha dado surgió en un momento en el que no tenía conciertos. Este tipo de vida me provoca la adrenalina creativa que lleva consigo cualquier crisis. ¿Que no tengo trabajo? Pues a tocar puertas, a plantear nuevas fórmulas, a ensayar más horas porque quizás no das el nivel esperado... No hay más. Es algo que me da mucho artística como personalmente.

Argia: Si hiciéramos caso a las lágrimas de la industria, se podría pensar que no es el mejor momento para apuestas como la tuya.

Joseba Irazoki: Es la industria la que está en crisis, no la música. La música no ha estado nunca en crisis y yo creo que no lo estará jamás. Es la industria la que no sabe qué hacer, la que no encuentra rendijas por las que colarse. Tanto las multinacionales como los sellos de Euskal Herria están perdidos. Y sería mejor que desaparecieran. Yo creo en el artista que gestiona su música y, con Internet, la industria no es necesaria. La clave está en el trabajo. El esfuerzo tiene premio, poner en duda lo que estás haciendo, seguir tu propio camino. Aquí había una gente que estaba muy cómoda, que consiguieron la fórmula y pensaban que se habían acomodado para siempre, olvidándose de que el cambio continuo y la adaptación requieren trabajo. Eso es lo que Internet ha puesto patas arriba, no la música.

Argia: Lo que es para caerse para atrás es la lista de tus trabajos. Grandes proyectos, pequeños, en solitario, colaboraciones...

Joseba Irazoki: La mayor diferencia estriba en estar en primera línea o ayudando a otros. Cuando estás tú solo, todos los ojos te miran a ti, el examen es más exigente, y la mayor parte de la responsabilidad del éxito o del fracaso te corresponde a ti. En solitario, cada aplauso te hace sentirte más vivo y la crítica te hiere más profundamente. Por eso digo que la segunda línea es más cómoda, pero, al mismo tiempo, la satisfacción de un concierto glorioso te sube la autoestima. Ahora bien, no le doy importancia a las dimensiones del concierto. Si estoy tocando a gusto, no me importa estar en un bar o en un teatro gigantesco. ¿Que al principio tocar con Duncan Dhu te pone nervioso? Claro, pero siempre me ha parecido más difícil tocar ante diez personas que ante quinientas. Son conciertos de un feedback muy especial, sin trampa ni cartón. Es cierto que cuando toco solo soy yo quien monta y desmonta todo y que, por ejemplo con Duncan Dhu, no tengo más que estar esperando tranquilamente en el camerino. Pero a eso no le doy la más mínima importancia. A mí lo que me gusta es tocar en directo.

Argia: ¿Tiene futuro tocar en directo?

Joseba Irazoki: Podemos encontrarnos con un gran problema: la falta de público. Al menos en Euskal Herria, entre la gente que acude a los conciertos no se percibe el relevo generacional. A conciertos de un determinado tipo de música sólo va gente mayor de 30 años. Además, percibo una falta evidente de interés por la música en directo. El BBK Live y demás suelen estar llenos de gente, pero los conciertos en los bares están desiertos. Y hay gente que se queja (“¡hoy también músicos!”), como si no pudieran tomarse una cerveza porque hay un concierto. Existe también una contradicción más: a los festivales que más público concentran, la gente no va a escuchar música y, la mayoría de las veces, la música no es lo más importante. El sonido de los festivales suele ser malo, no puedes ver a tu grupo de cerca, tocan sin escenografía ni montaje propios, tienen un tiempo limitado... Llevo mal esta moda de los festivales. Estoy convencido de que la gente que acude a los festivales no aprecia realmene la música. ¿Cómo entender si no que durante el Jazzaldia donostiarra la gente no cabe en la calle y luego, durante el resto del año, sobra espacio en los conciertos del Altxerri? Es una moda muy perjudicial.

Argia: Dejando a un lado las modas, ¿te imaginas un mundo sin música?

Joseba Irazoki: El suponer que la falta de público pueda condenar a la música en directo no significa que la música carezca de futuro. La música siempre estará ahí, siempre habrá trabajo para los músicos. Si a los niños y a los jóvenes les gustan los vídeo-juegos, habrá que hacer música para vídeo-juegos, si luego se filman películas, habrá que hacer música para esas películas... Cambiarán las fórmulas, nada más. De todas maneras, creo que los directos se mantendrán de una u otra manera. En mi mundo sí. Me imagino fácilmente a gente de mi generación acudir a conciertos de rock con 60-70 años. Por eso, todavía me veo tocando en directo. ¿Si de aquí a unos años viene gente más joven y mejor, y los grupos en los que colaboro piden otro tipo de cosas? Pues me reciclaré y seguiré con mi trayectoria. Con 60 años, ¿por qué no centrarme en un proyecto exclusivo con la guitarra? Estoy trabajando para llegar a algún sitio, aunque todavía no sepa definir exactamente hacia dónde.

Escrito por: iturri.2013/11/16 08:45:00 GMT+1
Etiquetas: sustrai_colina joseba_irazoki musika traducciones euskal_herria argia | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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