Pedradas

Urte berri on, Iturri

Puntualizaciones que creo debo hacer:
la campaña de boicot a Israel a la que aludes no se acaba de iniciar en la red. Ha sido llevada a la calle hace varios meses por un grupo de internacionalistas vascos (así se definen ellos) y se apoya en una página web que en mi apunte yo he calificado benévolamente como "a medio construir" cuando tambien podía haberla calificado sin mucho margen de error como "medio abandonada". Tambien enlazo en mi apunte a una página alojada en nodo50.org que creo lleva tres años sin actualizarse, donde aparecen diversos artículos y marcas comerciales con relación empresarial (alguna muy cogida por los pelos) con empresas y estamentos israelís.
Sí es cierto que yo he echo en mi apunte una declaración de intenciones personal a la que animo a sumarse a quien esté de acuerdo, pero quiero resaltar en negrita lo de personal. Me explico, la diferencia entre mi propuesta de boicot a "productos culturales israelís" es que no se trata de ponerse a bramar contra expresiones culturales que provengan de ese país, y mucho menos utilizar ilegitimamente cualquier tipo de "poder" en organismos, empresas o instituciones púbicas o privadas para crear un canal de censura. Se trata que ante esas expresiones culturales hagamos, quienes estemos de acuerdo, oídos sordos y ojos ciegos. Pero a título personal no coercitivo. Creo que la diferencia es importante y significativa respecto al ejemplo que destacas de determinados artistas vascos en otras tierras no tan lejanas.
Tambien quiero aclarar que introducir "productos culturales israelís" en mi declaración de intenciones está sujeto a cualquier posible modificación motivado por el acertado comentario y apunte que dedicas al respecto. Mi declaración de intenciones la he escrito en poco más de una hora y como la página la escribo yo, las intenciones son mías y las dudas llevan todo el día rondando por mi cabeza, no descarto, aunque tampoco aseguro, futuras modificaciones. Quiero seguir dando vueltas al tema.

Hola señor Picapiedra y feliz año.

Hoy, al leer lo escrito anoche, me ha pasado como a ti: que me han surgido más preguntas que certidumbres. Sobre todo, por las incoherencias que ha puesto en evidencia un lector del blog en euskera.

No entiendo por qué hay que hacerle boicot a Noa, aunque sea sionista (lo cual no está claro). Pero, ¿qué pasa con los trabajadores de esas empresas presuntamente sionistas? ¿cuále s son?

Me da que no soy partidario de estos boicots organizados. Mejor, como dices tú mismo ahí arriba, que optar por soluciones personales y tratar de ser coherente consigo mismo.

En la década de los ochenta en nuestro pueblo hubo una campaña de boicot que organizó la izquierda abertzale contra los productos franceses. ¿Qué se consiguió con aquello?

Yo entiendo un boicot como un gesto pacífico de protesta. Un boicot no asegura que se consiga nada de forma inmediata y tampoco futura, pero, al igual que una manifestación en la calle, una recogida de firmas o una sentada anti o pro lo que sea, el boicot es una forma de enfrentamiento ante determinadas acciones o posturas. La diferencia con las otras formas de protesta que aludo es que un boicot castiga de manera directa en la economía de empresas, instituciones y personas, y es precisamente en este punto donde la cosa se pone interesante, porque si se consigue que ese castigo sea lo suficientemente significativo es cuando pueden surgir los cambios. Para poner un ejemplo, si el boicot a posturas sionistas lo seguimos cuatro gatos, el estado de Israel ni va a tener noticias de la acción. Si el boicot a productos sionistas lo practica la Unión Europea en bloque te aseguro que Palestina estaría más cerca de poder ofrecer a su ciudadanía un lugar más digno y más seguro donde vivir. Pero aunque el boicot no pase de ser seguido por esos cuatro gatos, al menos a los cuatro nos quedará la sensación  de estar haciendo algo. Sí, ya sé que sería más llamativo y espectacular quemarnos a lo bonzo en la plaza del pueblo, pero mi nivel de compromiso hasta ahí no llega.
Comenzar una acción de boicot a título personal y comunicárselo a cuatro amiguetes dudo mucho que haga temblar los cimientos del movimiento sionista, pero es un gesto, una protesta, un algo. Y quien sabe, yo se lo cuento a cuatro, un chaval mexicano lo lee, se anima, y se lo cuenta a otros cuatro y una estudiante filipina motivada por uno de los amigos del chaval mexicano se entusiasma con la idea y habla de ello a sus amigas en la cafetería de la universidad. Resultado: ya tenemos montada una campaña internacional de protesta contra la masacre. Si no me equivoco, durante el siglo XX se han producido movimientos de protesta muy exitosos que empezaron su andadura con mucho menos.
Iturri, discúlpame porque acabo de leer mi parrafada anterior y todavía no he tocado el tema de los productos culturales. Todavía no lo tengo claro del todo, pero seguro que en breve puedo argumentar una explicación a la postura por la que me decante.

En tu próxima visita a el regreso... puedes leer mis razonamientos. He preferido hacerlo así por la extensión de los mismos, aunque he utilizado abundante material que ya he revelado aquí.

En cuanto al boicot a los productos israelíes, es un asunto un tanto complicado; precisamente ayer me llegó una propuesta de manifiesto (para Mataró) que, entre otros puntos, planteaba alentar a los ciudadanos a no consumir productos de Israel, y sugerí eliminar ese punto.
Lo cierto es que considero que las penalizaciones han de dirigirse a los gobiernos, en este caso al sionista, y no hacia los pueblos; además de que si se pretende dejar de comprar productos que beneficien a los sionistas, no creo que haya que limitarse a lo que se produce en Israel.  No tengo nada contra el pueblo hebreo y por tanto no veo por qué razón no he de comprar dátiles de un pagès hebreo, cuando a lo mejor compro algo importado de EE.UU. y estoy beneficiando a un sionista de Can Bush-Obama, por poner un ejemplo muy probable.
Creo que se trata de centrarnos en exigir a nuestros gobiernos que dejen de ser cómplices del gobierno israelí y confirmen su rechazo al genocidio rompiendo acuerdos comerciales, de cooperación, etc, y  por supuesto, dejando de comerciar con armas.

Por otro lado, me sorprende que se tache a Noa de sionista cuando esta mujer además de declararse partidaria del diálogo, ha actuado con artistas palestinos, participa en el disco del kabilio Idir  “La France des couleurs” (que es un ejemplo imponente de multiculturalidad), y hace un montón de años grabó con el argelino Khaled una versión de “Revolution” que pone los pelos de punta.  Quizá algo ha cambiado y estoy mal informada pero por mis pistas no la veo yo como muy implicada con el gobierno sionista.

Por cierto, antes he leído en Público que Baremboim ha adoptado la nacionalidad palestina, ¡bonito gesto de solidaridad!

Es todo, de momento.

Salud y hasta otra.

Que se me ha ido la olla, el tema que cantan juntos Noa y Khaled es "Imagine"

Marieta, estoy de acuerdo en que es imposible aplicar una acción de boicot que no sea injusta en algunos casos, pero apoyar acciones como la ruptura de acuerdos comerciales a nivel estatal no es más que un boicot planteado a gran escala. Eso sí, se deja la responsabilidad a los gobernantes en vez de implicarse personalmente. Respetable, pero un poco "light" ¿no?

Me he resistido a personificar el boicot cultural a Israel en la figura de la cantante Noa porque mi intención no es boicotear a sólo una cantante y porque desconocía a ciencia cierta la filiación sionista o no de dicha cantante. Hoy he salido de dudas.

Nadie es inocente, todos son combatientes. Todos los ciudadanos de Israel, hombres  y mujeres, prestan servicio militar obligatorio durante 3 años. En ese tiempo, algunos abren fuego y matan. Y algunos de los muertos son niños. Acabado el servicio, los ciudadanos son 'reservistas' durante creo 10 años. Lo hemos visto durante la represalia de Gaza enero 2009 cuando se ha llamado a los reservistas y ellos, muy contentos, corrieron a subirse a los tanques y aviones. Todo lo contrario de Barcelona en 1909, cuando los reservistas catalanes se negaron a embarcar hacia el Riff y se amotinaron, lo que dio lugar a la Setmana Tràgica que cumple 100 años. ¿No te gusta el boicot a los artistas?¿No sabes que en Israel está prohibido interpretar a Wagner y a Beethoven?

Hola Abenrumí:

Estuve en el primer concierto que Noa dio en Donostia. Y comenté a la peña que vino a darme documentación sobre el boicot que no estaba de acuerdo con el mismo.

El segundo día cuatro activistas interrumpieron el concierto de la israelí. Lo único que consiguieron es que la gente aplaudiera a Noa. Ésta leyó un comunicado infumable, eso sí, y quedó retratada. Igual que ha quedado retratada en algunas declaraciones públicas.

Pero, me parece un camino peligroso este de los boicots, porque puestos a practicarlos, a ver quién es el guapo o la guapa que pasa la prueba del algodón.

Me he suscrito a tu blog AntiRahola. Es una persona que me tiene intrigado.