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1998/10/11 07:00:00 GMT+2

¿Y por qué no?

¿Lo recitó hace nueve años, en una de sus más bellas canciones: «Mis amigos se han ido y mi pelo es gris. / Me duelen las partes con las que solía jugar».

Se veía decadente. Y lo llevaba muy mal.

¿Injustamente mal? Sin duda: estaba en su mejor momento como compositor y como intérprete, amparado por un grupo de músicos excepcionales y las voces fantásticas de la hispana Perla Cristal y de su Jennifer Warnes. Resultaba también muy atractivo, pese a su edad. Pero el sufrimiento es una maldición que suele acompañar a los genios.

Siempre ha sido muy duro consigo mismo. Cuando, durante el festival de la isla de White, en los 60, le preguntaron qué opinaba del comentario de un crítico que había escrito sobre él: «Emite un zumbido monótono», Cohen respondió: «Es una reacción honesta».

Judío, educado en la religión hebraica, renegar de ella no le liberó de su mística. Como a Dylan. Había mucho de bíblico en su espíritu apocalíptico: «Primero tomaremos Manhattan. Luego tomaremos Berlín». Incluso -sobre todo- cuando se ponía blasfemo. O cuando bautizaba irónicamente de Hermanas de la Caridad a dos chavalas con las que había hecho el amor en un portal una noche de mal tiempo.

«Quizá pienso demasiado», cantó en sus malos momentos otro judío fuera de serie, Paul Simon. El zen es el arte de no pensar.

Hace años, en medio de una fiesta, una chica me soltó de repente: «Tú piensas todo el rato, ¿verdad?». Perplejo, le dije que sí. «¿Tú no?», le pregunté. «¡Qué va! Sólo un rato cada día», respondió. Me sorprendí a mí mismo al comprobar que me daba envidia.

Cohen ha vivido mucho: mucho más que muchos. Y ha sentido demasiado: mucho más que la mayoría. Punto final: el mujeriego cansado, el borracho ahíto, el conquistador del decrépito Hotel Chelsea, el amigo de tantos amigos perdidos para siempre, el desengañado de todos los desengaños, quiere ahora hundirse y flotar en el panteísmo. Tampoco está tan mal el budismo. Puestos a no creer en una religión, ésa es de las menos malas.

Javier Ortiz. El Mundo (11 de octubre de 1998). Subido a "Desde Jamaica" el 16 de octubre de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1998/10/11 07:00:00 GMT+2
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