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2002/05/21 06:00:00 GMT+2

Una de dos

George W. Bush se niega a entregar al Congreso de los Estados Unidos el informe de la CIA en el que se alertaba con notable detalle de la posibilidad de que se produjeran atentados como los del 11-S. Alega el presidente norteamericano que tiene el deber de proteger la seguridad de los informadores. La excusa es bastante pobre. Podría poner el informe en manos de una comisión restringida de congresistas que se encargara de depurar el informe de datos innecesariamente indiscretos.

De todos modos, cada vez se está sabiendo más sobre el contenido de ese informe, fechado el 6 de agosto, y sobre las informaciones en que se basó. Ha trascendido ya que los servicios de Inteligencia norteamericanos estaban al tanto de que Al Qaeda preparaba atentados de gran magnitud. Sabían que proyectaba el secuestro de aviones comerciales. Habían sido alertados sobre la posibilidad de que los atentados fueran obra de pilotos suicidas. Tenían igualmente conocimiento de que personas de origen árabe estaban siguiendo cursillos de instrucción de vuelo en instalaciones norteamericanas y que, curiosamente, no mostraban el menor interés por las maniobras de aterrizaje (sic!). «Pensamos que el ataque sería contra EEUU, pero fuera del país», han señalado fuentes del FBI. ¿Y para atacar fuera de EE.UU. se entrenaban en EE.UU.? Zacarías Moussaoui, uno de esos aprendices de piloto, fue detenido el 15 de agosto acusado de formar parte de la red terrorista de Ben Laden. ¡Casi un mes antes!

El vicepresidente Richard Cheney admite que conocían esos datos, pero se defiende diciendo que a veces es difícil «entenderlo todo». «Había datos y pruebas, pero era difícil unirlos», insiste. Esta coartada resulta todavía más preocupante que la de Bush. Trata de convencernos de que el Gobierno de los EE.UU. no contaba con los equipos necesarios para cruzar todos los datos disponibles y establecer las diversas hipótesis en las que esos datos encajaban. No puede ser, sin más.

Circulan por el mundo ya un buen número de estudios independientes que ponen de manifiesto las muchas contradicciones y enigmas que trufan la actuación del Gobierno de Bush antes, durante y después de los atentados del 11-S. Apoyándose en ello, más de un malpensado ha llegado a la conclusión de que el alto mando norteamericano permitió que se produjera aquel horror, para servirse de él en la dirección en que efectivamente lo ha hecho: para imponer su indiscutido predominio en la llamada comunidad internacional, silenciar cualquier intento de discutir su liderazgo y lanzar una gran campaña política y militar a escala mundial encaminada a acabar con cualquier foco de «indisciplina» que frene el avance de su Nuevo Orden.

Yo, que no soy mal pensado hasta que no me queda más remedio, me limito a constatar lo que hay. Y, contando con lo que hay y ya se sabe, digo que una de dos: o Bush es un perverso o no tiene dos dedos de frente. O las dos cosas.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (21 de mayo de 2002) y El Mundo (22 de mayo de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 26 de abril de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/05/21 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: al_qaeda el_mundo usa diario 2002 bush 11s bin_laden | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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