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2000/09/29 07:00:00 GMT+2

Un punto de esperanza

La mitad de los votantes de Euskal Herritarrok están hasta las mismas narices de la kale borroka. Ese es, sin duda, para mí, el dato más significativo de los que recoge el último euskobarómetro realizado por el Departamento de Sociología de la Universidad del País Vasco. El más significativo y también el más esperanzador.

No sé cómo se imaginan ustedes que son los votantes de EH, pero yo, que conozco a unos cuantos, les puedo asegurar que, en amplia proporción, son gente que usa cajeros automáticos y teléfonos públicos, y que no le importa nada que funcionen. Son hombres y mujeres que, cuando se suben a un autobús urbano, alientan el firme deseo de que nadie lo incendie, por lo menos mientras ellos se hallen en su interior. Y que, si bien les produce una notable perplejidad que haya vascos que militen en el PP o en el PSOE, no creen que eso justifique que se les destroce la casa o se les queme el coche. Menos aún que los maten. Es más, la mayoría de ellos está en contra de la pena de muerte.

No digo que no haya votantes de EH que se alegren de esas cosas. Por supuesto que los hay. Algunos incluso las hacen. Lo que sostengo es que son una minoría. No ya en el conjunto de la sociedad vasca -que por supuesto- sino también dentro de EH.

¿Y, si son tan pocos, por qué los otros no los corren por la pradera?

Interesante pregunta.

No lo hacen, en primer término, precisamente porque son gente poco dada a la violencia. Decía Al Capone que, en el póquer, cuatro reyes y un revólver valen siempre más que cuatro ases. En cualquier disputa, quien está dispuesto a resolverla a tortas y tiene además los medios de hacerlo cuenta con todas las probabilidades de ganar.

Pero ése no es todo el problema. La cosa es más complicada.

Hay en EH y en sus aledaños mucha gente -mucha- que, si bien está en contra de los métodos violentos de lucha, sean los de la kale borroka o los de ETA, teme que, si se rompe el llamado MLNV, se hunda, y que con él se vayan al guano todas las posibilidades de avanzar hacia las metas políticas que propugnan desde hace ya más de cuatro décadas. Como me decía un conocido abertzale: «Toda la cuestión está en ser capaces de encontrar el modo de no tirar al niño con el agua sucia».

Por eso, porque surge en medio de tantas prevenciones y de tantos miedos, resulta tan estimable que la mitad de los votantes de EH admitan ya públicamente que están hartos de la kale borroka.

No soy optimista. Pero ese dato es interesante. Indica que quizá no estemos condenados a seguir siempre en las mismas.

Javier Ortiz. El Mundo (29 de julio de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 1 de agosto de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/09/29 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: preantología el_mundo 2000 eta euskal_herria euskal_herritarrok euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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