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2001/10/27 06:00:00 GMT+2

Treviño como ejemplo

De viaje por mi tierra donostiarra -¡qué delicia de tiempo!-, escucho en la radio un debate sobre Treviño y su situación actual.

Daré algunos datos para quien no esté informado del asunto.

El Condado de Treviño es un pequeño enclave compuesto de dos municipios -unos mil habitantes, en total- que está metido en el corazón de Álava, pero que, por complicadas razones históricas, forma parte, administrativamente hablando, de la provincia de Burgos y, por ende, de la Comunidad de Castilla y León. Los habitantes de Treviño, en su aplastante mayoría, quieren integrarse en Álava. ¿Por qué? Porque viven en Álava, porque la educación de sus hijos se realiza en Álava -en Vitoria, la de casi todos ellos-, porque su mini-red de transportes -aunque hecha unos zorros, porque la Diputación de Burgos no le presta atención- está integrada en Álava, porque sus recursos sanitarios dependen de Álava... y porque ellos son, en la práctica, sociológicamente hablando, tan alaveses como el que más. De hecho, Treviño recibe más apoyo asistencial del Gobierno Vasco y de la Diputación de Álava que del Gobierno de Castilla y León y de la Diputación de Burgos. Sin contraprestación alguna.

Hace años que los habitantes de Treviño han reclamado que, como diría Adolfo Suárez, «lo que es normal a nivel de calle sea normal a nivel legal». Pero nadie les hace caso. El Gobierno castellano-leonés y las diputaciones burgalesa y alavesa -las tres instituciones con el PP a su frente- no quieren saber nada del asunto y, pese a que una resolución de la Ponencia de Enclaves del Senado instó a todas las partes implicadas a ponerse de acuerdo para dar solución al problema, se niegan a avanzar ni un paso por el único camino sensato y viable. El Ejecutivo de Valladolid se refugia en un informe técnico, encargado por él mismo, que asegura que los ciudadanos de Treviño no tienen más relación con Álava que la que se produce «por ósmosis». O sea, que si no fueran de Treviño, que está en Álava, y hubieran nacido en Aranda de Duero, no tendrían mayor relación con Álava. Irrefutable.

La geografía española está salpicada de municipios que han pasado de un estatuto administrativo a otro por mera razón de sentido común. Yo he conocido varios: en Huelva, en Lugo, en Alicante, en Madrid... Seguro que hay muchos más. Se trata, en todos los casos que recuerdo, de territorios que tuvieron una determinada vinculación histórica con otros, pero a los que el tiempo llevó por vías propias y que, por razones de puro espíritu práctico, acabaron reclamando un cambio en su catalogación territorial, que finalmente -no siempre sin ciertas resistencias- les fue concedido.

El caso de Treviño es tan de cajón como el que más. O más.

¿Quieren ustedes saber por qué las instituciones gobernadas por el PP no quieren darle solución? Dicho por un responsable castellano-leonés: «No queremos regalárselo al nacionalismo vasco». ¿Pero qué regalárselo ni qué...? ¡Se trata de facilitar la vida a una gente que incluso está teniendo que abastecerse de agua con camiones cisterna, por culpa de este absurdo!

Y luego el PP acusa a Ibarretxe de estar «fuera de la realidad». Su fanatismo anti-nacionalista, a cambio, debe parecerle de un realismo total.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (27 de octubre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/10/27 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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