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2001/01/04 06:00:00 GMT+1

Trabajo ilegal

«Habrá que ver si los fallecidos permanecían en España en situación ilegal», ha dicho hace un rato Julio César Iglesias en Radio Nacional. ¡Fallecidos, en situación ilegal! Es de suponer que no pretendía decir eso. Probablemente quería referirse a la situación legal en la que estaban los trabajadores ecuatorianos arrollados por un tren en Murcia... cuando aún vivían.

Escucho a continuación unas declaraciones de Enrique Fernández Miranda, encargado por el Gobierno del control de la extranjería: «Yo no he querido investigar todavía la situación en que se encontraban estas personas... No me parece oportuno, en estos momentos». Éste sí que pretende decir lo que dice, y lo que dice es de una cara dura impresionante: quiere disfrazar de delicadeza lo que no son sino ganas de templar gaitas. Apuesto uno a diez a que, además, sabe ya de sobra cuál era su situación legal. Y a que sabe que estaban trabajando sin papeles.

Leí anteayer un estudio encargado por la Unión Europea. Demuestra que las legislaciones restrictivas en materia de inmigración, como la aprobada recientemente por el Parlamento español, no frenan en absoluto el flujo migratorio. Lo único que logran es que la tasa de clandestinidad aumente. La Ley de Mayor Oreja está destinada a forzar -y a amparar- un importante incremento del uso de mano de obra no declarada.

Se defiende el ministro recordando que su Ley prevé importantes sanciones económicas para los empresarios que contraten trabajadores sin papeles. Pero esa previsión se convierte en pura filfa si no existe un fuerte despliegue de inspectores de Trabajo que tomen nota sobre el terreno de lo que sucede realmente y que empuren a los empleadores desaprensivos. ¿De qué vale prever multas de hasta diez millones si nadie las pone? Lo sucedido en Murcia es elocuente. Si iban catorce en una camioneta de ocho plazas y si en el grupo había una niña de 14 años y otros dos menores que se disponían a trabajar es, obviamente, porque todos dan por hecho que esas cosas se pueden hacer sin que pase nada. Y se hacen. Todos los días. En masa.

Han aprobado una ley perfectamente hipócrita. Lo cual no tiene nada de sorprendente: ellos son perfectos hipócritas.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (4 de enero de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 16 de abril de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/01/04 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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