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2001/04/25 07:00:00 GMT+2

Títeres a sueldo

¿Tienen los dirigentes de Estados Unidos de América categoría política y moral para liderar con un mínimo de dignidad la comunidad internacional?

Anteayer, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó una resolución que reclama que los medicamentos contra el Sida estén al alcance de todas las personas que padecen esa enfermedad, sin importar su procedencia geográfica ni sus disponibilidades económicas. Europa votó a favor de la moción, unánimemente. En cambio, la representación estadounidense se abstuvo. Es decir, negó su apoyo a la iniciativa.

Hace escasas semanas, la Administración de Washington rechazó suscribir el Tratado referente al control de las emisiones de CO2 a la atmósfera. No pretende que sean falsos los informes sobre el cambio climático, ni sobre el deterioro de la capa de ozono, ni sobre las repercusiones que ello puede tener para el destino de la Humanidad. Se cierra en banda, y eso es todo.

No son anécdotas, sino ejemplos. Washington ha mantenido idéntica actitud obstruccionista ante decenas de propuestas internacionales destinadas a la protección del medio ambiente o a la defensa de los derechos humanos. Lo ha hecho en materia de prohibición de armas contrarias a los principios de la Convención de Ginebra, a los intentos de adecentar la navegación marítima internacional, al armamento nuclear, a la paz en Oriente Próximo...

¿Qué ocurre? ¿Es acaso que los gobernantes norteamericanos son particularmente duros de corazón? No: es peor que eso.

El problema de fondo reside en que los candidatos a la Presidencia de EE.UU. deben afrontar campañas costosísimas, que sólo pueden encarar gracias a las ayudas multimillonarias que les prestan los diversos consorcios económicos y los lobbies socio-políticos. He escrito "que les prestan", porque es literalmente eso. Cuando llegan a la Casa Blanca, están obligados a restituir lo recibido. Y lo hacen en especie: favoreciendo los intereses de sus patrocinadores. Por eso no pueden suscribir nada que perjudique a las grandes empresas petroleras, o armamentistas, o farmacéuticas, o tabaqueras. O al lobby judío, o al antiabortista, o al del exilio cubano, o al de los amigos del rifle. Son rehenes de sus deudas.

Actúan como meros títeres de todo un entramado de intereses inconfesables.

Establecido lo cual, vuelvo a la pregunta inicial: ¿con que autoridad política y moral dirigen la comunidad internacional? ¿Y qué clase de dirigentes son los nuestros, que lo aceptan como si tal sumisión estuviera inscrita en el orden natural de las cosas?

Javier Ortiz. El Mundo (25 de abril de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de abril de 2013.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/04/25 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: el_mundo usa bush 2001 ecología ddhh | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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