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2007/05/07 07:00:00 GMT+2

Sectarios de toda laya

¿Cómo puede ser que la dirección del PP afirme que no pone en duda la independencia de criterio del juez marbellí de la operación Malaya y que, a la vez, sostenga que la detención de Isabel Pantoja responde a una maniobra del Gobierno de Zapatero? Una de dos: o el juez actúa de acuerdo con su propio criterio o lo hace por cuenta ajena.

No tiene nada de asombroso que un vendepeines de feria sea capaz de sostener simultáneamente algo y su contrario y quedarse tan ancho cuando se le hace ver que se contradice. Le basta con responder: «No me contradizco», como hizo en cierta ocasión nuestro ilustre Defensor del Pueblo, y a por la siguiente. Forma parte de su oficio.

Más chocante puede parecer que haya muchos ciudadanos que aplaudan y festejen a los políticos que se comportan de ese modo. ¿No les incomoda respaldar a tramposos de marca mayor?

Pues no. Porque se ven protegidos por el blindaje del sectarismo, que convierte en impermeable a todo aquél que goza de sus beneficios.

No es cuestión ni de izquierdas ni de derechas, ni de nacionalismos -sean del signo que sean- ni de internacionalismos. El sectario vive bajo el paraguas protector de su sectarismo. No le importa que los argumentos manejados por sus jefes de fila sean más o menos coherentes, sólidos y rigurosos (no digamos ya científicos). Sólo se interesa por su grado de contundencia. Si fastidian al enemigo, son buenos. Si provocan su ira, si lo enfurecen, es que están bien.

Es un mecanismo mental de autodefensa (y ataque) que he visto en marcha entre los sectarios de la más variada condición.

Ayer, Conde-Pumpido mostró su alborozo porque el Tribunal Supremo ha optado por impedir que «los partidos que no condenan la violencia» -dijo- «estén presentes en las instituciones». Él sabe que en los estatutos de ANV figura una condena explícita de la violencia. Él sabe que la Ley de Partidos no dice que sea obligatorio condenar la violencia (¿qué violencia, además?). Él sabe que la resolución que festeja no priva de derechos a ningún partido o ente abstracto similar, sino a decenas de miles de ciudadanos a los que ninguna sentencia firme ha privado de su derecho al sufragio activo y pasivo, pese a lo cual se verán desposeídos de ejercerlo.

En el extremo opuesto (que en realidad es el mismo, porque el negativo de una fotografía no deja de ser la misma fotografía), los defensores de Batasuna/HB/EH se indignan por lo poco democrática que es la negación de sus derechos. ¡Y qué razón tienen! Porque su parte de razón también es razón.

Ésos son otros sectarios, que sólo jalean su causa. Cuando los suyos son maltratados, qué cosa más aberrante. Cuando son maltratados los de enfrente, qué asunto más complejo y qué difícil es opinar.

No les veo remedio.

No os veo remedio.

No nos veo remedio.

Javier Ortiz. El Mundo (7 de mayo de 2007). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de junio de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/05/07 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: españa corrupción el_mundo ley_de_partidos pantoja zapatero euskal_herria 2007 conde-pumpido batasuna euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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