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2002/10/07 06:15:00 GMT+2

San Escrivá

Mantengo una política de estricta no intervención en los asuntos de la Iglesia católica. De todas las iglesias, asociaciones y clubes privados, en general. Sólo me meto en sus cosas cuando dejan de ser realmente sus cosas para ser también mis cosas: el patrimonio histórico-artístico, por ejemplo. O el dinero de mis impuestos. O la Enseñanza pública. En fin, los asuntos colectivos. Pero, si me preguntan qué pienso del hecho de que los obispos aseguren que la crueldad manifiesta no es causa de nulidad del sacramento del matrimonio, respondo que a mí que me registren: no soy experto en sacramentos. A lo que me opongo es a que el matrimonio eclesiástico tenga efectos civiles. Sólo a eso.

De modo que tampoco tengo gran cosa que decir sobre la canonización de José María Escrivá de Balaguer. Si el patético renqueante dictador de la grey católica quiere darle trato de santo, como si lo nombra mitrado póstumo. Otra cosa es que el Estado español se haya gastado el dinero enviando una representación oficial y varias oficiosas a la ceremonia. Eso está muy mal.

Tampoco acepto -porque es inaceptable- que se nos cuente que le han hecho santo porque hizo un milagro.

Como dije el pasado miércoles en la presentación del libro de Isabel de Armas Ser mujer en el Opus Dei, que como responsable de Ediciones Foca he tenido el gusto de poner en el mercado -y que os recomiendo vivamente, porque es interesantísimo y porque, además, yo vivo de eso-, el presunto milagro que atribuyen al señor Escrivá es de coña. Un médico extremeño que tiene un eczema canceroso en la piel, que invoca al de Barbastro y que se cura. Así que el milagro es suyo. ¿Qué pasa, que sólo rezó a Escrivá durante todo el tiempo de su enfermedad? ¿No invocó ni una sola vez a Dios Padre, ni a Cristo, ni a la Virgen (a la que fuera, que las hay a cientos), ni a cualquier santo o santa de los previamente existentes? Sencillamente: no me lo creo.

No sólo no me creo que el milagro sea obra de San Escrivá, sino que tampoco me creo que sea milagro. Todos los hospitales de España y del mundo entero -todos, sin excepción- tienen historias de curaciones sorprendentes que, metidos en gastos, podrían considerarse milagrosas. Y probablemente también todas las familias.

Aparte que esto de los milagros siempre me ha puesto nervioso, por mera afición a la coherencia. ¿Que Cristo resucitó a Lázaro? ¿Y por qué lo hizo la primera vez que se murió el menda, y no la segunda (y, según todas las trazas, definitiva)? ¿Y por qué a Lázaro sí y no al muerto de al lado? Ítem más: ¿nos asegura Wojtyla que el médico eczemoso de Extremadura va a continuar sano y salvo por los siglos de los siglos? Y, si muere dentro de unos años, ¿se atribuirá su muerte a San Escrivá?

Bueno, casi mejor lo dejo. Que me caliento.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (7 de octubre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 16 de enero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/10/07 06:15:00 GMT+2
Etiquetas: diario 2002 escrivá_de_balaguer iglesia opus_dei libros | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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