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2004/09/19 06:00:00 GMT+2

Rato no se opuso

Cuenta hoy El Mundo que, en las vísperas de la intervención militar estadounidense en Irak, Rodrigo Rato, a la sazón vicepresidente de Aznar, se opuso a que el Gobierno de España se alineara con el de EEUU.

Es obviamente incierto. Rato no se opuso. Por lo que se lee en el propio diario, Rato se limitó a opinar desfavorablemente.

Oponerse es otra cosa. Cuando uno está realmente en contra de algo, lo proclama a los cuatro vientos para que todo el mundo lo sepa y actúa en consecuencia. Oponerse es, por ejemplo, lo que hizo Pimentel, que recogió sus cosas del despacho ministerial y se fue a casa.

Siempre me han resultado patéticas esas «oposiciones de principio» que consisten en decir que no en la reunión en la que se discute el asunto y luego secundar a los que han dicho que sí. Eso no es una oposición de principio. Por supuesto que alguien puede votar en contra de algo y luego defender que se haga, si es que la mayoría lo respalda, pero eso no es aplicable a las cuestiones de principios. Tratándose de asuntos decisivos, el rechazo obliga, por definición, a tomar decisiones.

Es risible cuando se oye que Fulano o Mengano «ha presentado su dimisión, pero no le ha sido aceptada». Las dimisiones no se presentan para que sean aceptadas. El que dimite, dimite, y ya está. No lo somete a ninguna evaluación ajena. Una cosa es dimitir y otra, totalmente distinta, expresar a la superioridad el deseo de ser relevado en el cargo y dejarlo a su consideración (lo cual, en ciertos casos, puede muy bien ser lo acertado). Por decirlo de otro modo: una cosa es estar a disgusto y otra considerar que la situación es insoportable.

¿Que Rato se sintió a disgusto participando en la guerra de Irak como vicepresidente de un Gobierno que la propició? Eso me lo creo. Pero no pensó que fuera inaceptable intervenir en la guerra. Porque, de haberlo considerado así, no lo habría aceptado. Sin más.

Lo más triste, en su caso, es que hubiera podido hacerlo sin mayor problema. Todos hemos visto a lo largo de la vida a gente que ha tragado carros y carretas no por gusto, sino «para llevar el pan a la boca de sus hijos», como dicen los amigos de lo melodramático. Pero Rodrigo Rato tiene una hermosa fortuna personal y puede cubrir sin ningún problema los gastos no ya de una, sino de varias familias, con sus correspondientes proles.

En resumen: que se trató de un episodio menor en el que sólo se dirimieron asuntos de cálculo. Nadie trate de revestirlo de grandeza, porque no tuvo ninguna.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/19 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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