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2002/12/25 06:00:00 GMT+1

Qué tropa

Un lector decidió meter mi Carta abierta al subcomandante Marcos  en un foro de discusión de internautas de Euskadi. La reacción de algunos participantes en el foro -sólo algunos, insisto- fue fulminante: se lanzaron a llamarme de todo, de fascista para arriba. Al parecer, no soy más que un (otro) español genocida que quiere mantener al pueblo vasco bajo toda suerte de yugos.

Varios amigos habituales del foro me escribieron pidiéndome que proporcionara a los vocingleros algunos datos sobre mi persona. Según ellos, mis descalificadores sumarios se lo pensarían un poco más si se enteraran de mi historial de casi cuatro décadas de lucha por las libertades, incluidas las libertades nacionales y el derecho de autodeterminación, y del precio que me ha tocado pagar por haberme mantenido en ésas, primero bajo el franquismo, en forma de cárceles y tortura, y luego ya, con el régimen parlamentario, mediante otras represalias más sutiles, pero también costosas (incluso literalmente: en dinero).

Agradecí la intención de mis amigos, pero me negué a entrar en esa dinámica. Aparte del bochorno que me produciría dedicarme a la autoconcesión pública de medallas, me parece absurdo que nadie tenga que refugiarse en su currículo para conseguir que se tomen en consideración sus argumentos y se discutan con seriedad, sin que lo descalifiquen ipso facto con un par de juicios ligeros y media docena de insultos.

Eso sin contar con que la altura del debate que se amagaba por detrás de las diatribas era como para descorazonar al más pintado: el uno desautorizaba mis críticas al esencialismo nacionalista argumentando que lo que no tiene esencia no existe (¡tal cual!), mientras otro me espetaba muy serio que la autodeterminación no es un derecho, sino una libertad (sic!) Sobre esas bases no resulta nada sencillo trabar una discusión de cierto interés. No tengo nada en contra de polemizar con gente de la izquierda abertzale -lo he hecho bastantes veces, y en ocasiones creo que ha resultado estimulante para los dos-, pero sí reclamo que el debate parta de unos mínimos de cultura política elemental.

Resumiendo: que me niego a disputar con gente firmemente decidida a no utilizar la cabeza sino para embestir. Con los basta ya de toda laya.

De verdad que hay personajes que chillan tanto que desaniman a los muchos que no tenemos la menor gana de levantar la voz.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (25 de diciembre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 17 de enero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/12/25 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: subcomandante_marcos diario 2002 méxico euskal_herria zapatismo euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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