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1999/07/20 07:00:00 GMT+2

Pro natura

«Todo lo que el PSOE está ganando de poder con sus actuales pactos contra natura lo pierde en credibilidad». Tanto insisten en ese argumento los dirigentes del PP que empiezo a sospechar que se lo creen.

Están en un lastimoso error.

Para empezar, es difícil saber en qué consiste un pacto contra natura. ¿Que el PSOE se presentó a las últimas elecciones con un discurso españolista y que luego ha llegado a acuerdos con el BNG o con el PSM, partidarios del derecho de autodeterminación de sus respectivas comunidades? Cierto. Tan cierto como que el PP acudió a las urnas de 1996 lanzando dardos y venablos contra los nacionalistas y que luego se apoyó en ellos para lograr una mayoría parlamentaria estable. Todos recordamos cómo, la noche misma de la votación, las huestes de Génova entonaban a coro aquello de «¡Pujol, enano, habla en castellano!», conseguida síntesis entre el respeto escrupuloso por la variedad cultural de España y la buena educación. (Y muestra, ya de paso, de los extremos a los que lleva el sectarismo: «Pujol, enano...». ¡Como si Aznar fuera Sabonis!).

No hay pactos contra natura. Pactan quienes, siendo diferentes -si no, ya estarían previamente unidos-, encuentran un terreno de entendimiento, un interés común.

«Es que a estos sólo les congrega su obsesión por quitar de enmedio al PP», replican. ¡Pues vaya novedad! Es tan viejo como la Historia misma: «Los enemigos de mis enemigos son mis amigos». ¿No unieron esfuerzos el PP, IU y muchos más para echar a Felipe González? La lógica del enfrentamiento empuja en esa dirección. En Galicia hay un montonazo de gente que está de Fraga y sus inacabables mayorías absolutas hasta las narices. Y en Baleares, después del eterno caciquerío de Cañellas, tres cuartos de lo mismo. En realidad, nada más pro natura que lo que ha acabado sucediendo.

Por lo demás, la experiencia no autoriza en absoluto a concluir que el poder conseguido con artes dudosas desprestigie a quien lo alcanza. No en la España de hoy, por lo menos. Aquí se premia siempre al ganador, y da lo mismo cómo se las haya ingeniado para vencer. Los Conde, los De la Rosa, los Rubio y demás Prados y Colón de Carvajal gozaron de general admiración y respeto, del Rey abajo, hasta que se les cayó el mundo encima y husmearon la cárcel. O sea: hasta que se convirtieron en perdedores. Hagan ustedes inventario de los que poníamos a caldo a esos personajes cuando estaban en la cima: ya verán qué pronto acaban.

El PSOE no sólo sabe eso, sino que lo ha teorizado: «El poder desgasta... sobre todo al que no lo tiene», dijo un gracioso. «Fuera hace mucho frío», añadió otro, renovando tal vez sin querer el viejo ande yo caliente... Ahora que ha comprobado que fuera, efectivamente, hace frío, está dispuesto a lo que sea para arrancar parcelas de poder.

Den por hecho que sus fieles no le pasarán factura alguna por ello.

Javier Ortiz. El Mundo (20 de julio de 1999). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de mayo de 2013.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1999/07/20 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: pp el_mundo 1999 aznarismo psoe aznar españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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