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2004/11/25 06:00:00 GMT+1

Pero Mayor se salió con la suya

Hay que recordar los sucesos tal como fueron, porque, si no, no se entiende nada.

Había en la Audiencia Nacional una Sala, la de lo Penal -también llamada Sala Cuarta- que, una y otra vez, rechazaba la teoría de Garzón y Mayor Oreja según la cual estar «en el entorno» de ETA es formar parte de ETA, y que, si un grupo de personas, una asociación o un periódico resultan útiles a los fines de ETA, se convierten en la práctica en parte integrante de la organización terrorista, por lo cual pueden y deben ser acusados de pertenencia a banda armada. La Sala Cuarta, considerando que esos criterios representan una aberración jurídica, echaba para atrás uno tras otro todos los autos de procesamiento que Garzón basaba en ellos.

Llegó un momento en el que el Gobierno del PP entendió que los tres magistrados de esa Sala suponían un obstáculo intolerable para el desarrollo de sus planes en Euskadi. Y puso en marcha toda la maquinaria del Poder para quitárselos de enmedio.

El instrumento principal fue el Consejo General del Poder Judicial, que decidió expedientar a los tres integrantes de la Sala Cuarta. Se amparó para ello en la decisión que había tomado esa Sala de poner en libertad a un presunto narcotraficante, Carlos Ruiz, alias El Negro. Según la mayoría de los miembros del CGJP, esa resolución judicial representó una falta muy grave de desatención, en razón de lo cual sancionó a dos de los magistrados con seis meses de suspensión y al tercero, con siete. Lo de menos era el tiempo de la sanción; lo de más que, al estar sancionados, hubieron de dejar la Audiencia Nacional, lo que permitió designar una nueva Sala Cuarta que -¿hace falta decirlo?- no tardó en dar su aval a todos los autos de Garzón.

La sanción impuesta por el CGPJ a estos tres magistrados fue un acto jurídicamente insólito, puesto que el Consejo no es un tribunal, sino un órgano de gobierno del estamento judicial, encargado tan sólo de mantener el orden y la disciplina en sus filas. No es ninguna Sala de apelación que pueda entrar a considerar fallos judiciales. Pero lo hizo.

El Gobierno llevó las cosas más lejos todavía. Instruyó a la Fiscalía para que denunciara a los tres magistrados por un posible delito de prevaricación. Aunque aquello no fue más que una manera de vestir el muñeco y dar a la sanción contra ellos un mayor empaque ante la opinión pública. De hecho, así que un magistrado tomó en sus manos la denuncia de la Fiscalía, dictó el sobreseimiento de la causa.

Ahora, la Sala Tercera del Tribunal Supremo, por amplia mayoría, ha decidido que la supuesta falta en la que el CGPJ basó su sanción a los tres magistrados no existió, por lo que la ha anulado, dando incluso a los injustamente sancionados la posibilidad de reclamar indemnizaciones. Pero lo que no ha hecho, porque no puede hacer, es devolverles su condición de integrantes de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Con lo que las repercusiones políticas que tuvo su sanción seguirán en activo.

Es una técnica que no tiene nada de novedosa y que ha hecho sentir sus efectos en no pocas ocasiones dentro de la política vasca: se adopta una resolución que tenga efectos irreversibles -cerrar periódicos, por ejemplo- y tanto da que al cabo de los años haya otra resolución que desdiga la primera. El mal ya está hecho. Recuerdo una nota de humor negro que Mao Zedong tuvo en un momento de lucidez: «Lo malo que tiene cortarle a alguien la cabeza», dijo, «es que, si luego descubres que fue un error, ya no hay manera de volver a ponérsela». Debería haberse tomado más en serio su propio pensamiento -me temo que los comunistas chinos cortaron muchas cabezas-, pero la idea es correcta. Y aplicable, a su modo, en este caso. Los magistrados Carlos Cezón, Juan José López Ortega y Carlos Ollero no volverán a poner una y otra vez en su sitio a Baltasar Garzón.

Por cierto que hay un dato que no he recogido más arriba y que me parece digno de ser tenido en cuenta. La resolución sancionadora que el CGPJ tomó en febrero de 2002 contó con la oposición de cuatro de sus miembros. Uno de ellos fue José Antonio Alonso, actual ministro del Interior.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de noviembre de 2009.

El recuerdo de hoy lo firma José Rosales y lleva por título Javier Ortiz, columnista, periodista y superhéroe. Muchas gracias, José.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/25 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (2) | Referencias (2)

Comentarios

Muy acertada la elección del articulo de hoy después de los acontecimientos de esta noche.

Escrito por: akerne.2009/11/24 13:52:2.805000 GMT+1

Idem..Parabéns unha vez máis.Segue a ser unha visita obrigada para entender este país chamado Espanha.Saúdos cordiais.

Escrito por: xose.2009/11/24 16:08:16.088000 GMT+1

Referencias

...o es ETA es obra, sobre todo, de Baltasar Garzón, y bien viene para recordarlo lo que escribió el difunto Javier Ortiz en 2004: las maniobras mayororejistas pro-Garzón que pusieron en la picota a otros juec...

Referenciado por: Todo es ETA - Juicio a Egunkaria 2010/04/14 16:54:2.372000 GMT+2

...com/#!/jortiznet">twitter de la web de Javier Ortiz el de la columna con la que Javier explicó con su claridad de siempre el caso: &8220;Pero Mayor Oreja se salió con la suya&8220;, una columna imprescindible pa...

Referenciado por: Quien mucho abarca » Archivo del Blog » Marca de la casa 2012/02/14 08:10:37.524000 GMT+1

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