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2000/05/10 07:00:00 GMT+2

Perdido por Irlanda

Estaba el ejemplo de Irlanda. Muchos lo invocamos.

Nunca faltaba el listo que objetaba que Irlanda no es Euskadi. Como si uno no percibiera la diferencia entre Mikel Laboa y Christy Moore y tratara de cantar Amonatxo con la letra de Quiet Desperation.

Claro que son diferentes. Por fortuna para ambas.

Lo que tratábamos de señalar es que en Irlanda se produjo un esfuerzo colectivo por superar su inacabable conflicto. Que el IRA reconoció que estaba harto de matar para alcanzar una Irlanda unificada, republicana... y mítica, y que los gobernantes de la City admitieron que no tenían ningún interés en seguir condicionados por su negra agenda oculta.

Cada cual se declaró harto de representar hasta la náusea su papel, tediosamente cruel, y entre todos decidieron echar el telón y empezar a escribir otra obra.

Ese era el ejemplo. Y nosotros se lo propusimos a la sociedad española. Y, como representante de ésta, al Gobierno de Madrid.

Creímos que la otra parte estaba preparada para seguir un camino parejo.

Las actas de ETA publicadas por Gara nos han colocado en nuestro sitio. Somos -dicen los orfebres de la goma dos- «unos sabiondos». Estábamos dando por supuesto que ellos querían dejar de matar, y eso era falso. Pura calumnia. No era verdad que desearan retirarse de la escena y permitir que la política fuera, como escribió el pobre Clausewitz, «la continuación de la guerra por otros medios». Estaban prestos a dejar las armas, sí, pero solo si el enemigo se rendía y aceptaba su exigencia principal: el derecho de autodeterminación de la población de los seis territorios históricos vascos (o, más exactamente, de los pobladores de esos territorios a los que ellos concedieran la categoría de vascos). Nada de pendejadas como la del IRA, que acepta como punto de partida de la paz una autonomía que no le llega ni a los talones a la que ya tienen las tres provincias vascongadas, de un lado, y la foral Navarra, del suyo.

Debieron de darse cuenta de que los escribidores «sabiondos» somos duros de mollera y por eso nos han puesto sobre la mesa la inapelable prueba material de su determinación autodeterminada: el cadáver de López de Lacalle, muestra de los riesgos que corre el que no piensa como es debido. (Gracias, Arnaldo: de no ser por este asesinato, jamás se me habría ocurrido pensar sobre el papel de los medios de comunicación en el contencioso. Ahora sí que estoy en condiciones de emprender una reflexión serena. Mi enhorabuena: te has ganado un adepto).

Así que, en resumen (y ya veo que no hay mal que por bien no venga): he comprendido que erré pensando que Irlanda nos servía de ejemplo.

Javier Ortiz. El Mundo (10 de mayo de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 14 de mayo de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/05/10 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: irlanda preantología el_mundo otegi 2000 eta euskal_herria lópez_de_lacalle ira euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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