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2003/02/02 06:00:00 GMT+1

Pacifistas y arribistas

Me quedé anoche a ver la adjudicación de los premios Goya. No porque me interesaran demasiado los galardones, sino porque sabía, a través de Guillermo Toledo, que iban a montar un número bastante completo en contra de los planes guerreros de Aznar.

No tengo nada que objetar a los premios, aunque tanto daría que lo tuviera. De las películas más mencionadas sólo había visto tres: Hable con ella, En la ciudad sin límites y Los lunes al sol. Las dos primeras me parecieron perfectamente prescindibles, pero eso no quiere decir nada, porque mis gustos cinematográficos son muy especiales y no necesariamente para bien. Ni siquiera yo mismo me atrevería a defenderlos: oscilan entre las películas que me involucran mucho -como Los lunes al sol, precisamente- y las que no tienen que ver conmigo nada en absoluto, como las de vaqueros, espadachines, guerreros galácticos y gángsters. Y las de submarinos, por supuesto.

Me fastidió que no le dieran el premio al mejor guión también a Los lunes al sol y el premio a la mejor fotografía a Hable con ella, aunque reconozco que mi frustración puede deberse a razones de amiguismo: tengo una marcada simpatía personal por Ignacio del Moral y por Javier Aguirresarobe.

Pero vamos a la parte política de la gala.

La disfruté. La disfrute muchísimo, pero no necesariamente porque me gustara lo que decía éste o la otra, sino porque todo aquello estaba siendo transmitido por La Primera de TVE -es decir, por el protocanal del Gobierno: con las armas del enemigo, como quien dice- y porque lo estaban viendo muchos millones de personas. Fue un puntazo. A los ojos de millones de personas, la imagen que quedó fija es la del cine de casa, en todas sus ramas y vertientes, volcado casi al 100% en contra de la guerra de Bush y del Gobierno español que la respalda. Se convirtió en un acto pacifista de primera magnitud.

Doy por supuesto que el Gobierno de Aznar estará que trina. Sobre todo porque lo hecho hecho está, y ya no tiene remedio, por mucho que tome venganza y quiera hacérsela pagar -o se la haga pagar- a éste o aquél.

¿Era oro pacifista de ley todo lo que allí relucía? Por supuesto que no. Incluso yo, que no conozco demasiado el mundillo del cine español, vi por allí la jeta de más de uno y más de dos -y más de diez, y más de veinte- que hicieron lo mejorcito de su carrera a la sombra del felipismo y que no dijeron esta boca es mía cuando la anterior guerra del Golfo. Pero incluso eso me satisfizo: un movimiento sólo demuestra que es verdaderamente de masas cuando los oportunistas y los arribistas deciden que les conviene aparecer vinculados a él.

Ver a esa gentecilla aplaudiendo y coreando el No a la guerra demuestra que, en efecto, ése es el criterio abrumador en estos pagos.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (2 de febrero de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de febrero de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/02/02 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: goya aznarismo guerra diario cine 2003 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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