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2003/01/24 06:00:00 GMT+1

¿Otro mundo es posible?

Los que se reúnen en el Foro Económico Mundial de Davos no sólo son poderosos; también aburridos: ya están otra vez con el rollo de que, para que quepa un mejor reparto de la riqueza, primero tiene que producirse más. Como si la riqueza realmente existente en el mundo de hoy no diera para un reparto medianamente equitativo y digno.

Es una triste -ya que no pobre- falacia, y lo saben: si lo que tenemos se distribuyera adecuadamente, el conjunto de la Humanidad podría subsistir sin mayores apreturas.

La cuestión de fondo no tiene que ver con posibilidades teóricas y abstractas, sino con intereses concretísimos. Los que acumulan más riqueza no están dispuestos a privarse de ella. Al contrario: siguen dándole vueltas a cómo lograr más.

Por eso es erróneo también el enunciado genérico oficial de los encuentros de Porto Alegre, que no pocos movimientos antiglobalización esgrimen como emblema: «Otro mundo es posible».

¿Otro mundo es posible? ¿Seguro?

No me cabe duda de que otro mundo -otra organización económica y social del mundo- sería posible. Es ciertamente posible imaginar otro mundo a partir de los recursos que proporciona la realidad actual. Como hipótesis.

No sólo sería posible. También deseable.

Pero no todo lo racional y conveniente es factible.

¿Tanto tenemos, tantos somos: repartamos? Para nada. No tiene sentido abordar las desigualdades económicas de la Humanidad al margen de todo su acompañamiento social, cultural, político... y militar.

Si nos dejamos arrastrar a ese terreno, los problemas económicos acaban pareciendo absurdos, y la miseria, el resultado de una mera quiebra en el ejercicio de la racionalidad distributiva.

Otro mundo será posible -tal vez, por ventura- cuando las fuerzas partidarias de un cambio drástico en la distribución de la riqueza consigan neutralizar la impresionante maquinaria social, mediática, política y militar construida y puesta en marcha para impedir... que otro mundo sea posible, precisamente. O, dicho al revés: para que este mundo sea obligatorio. No tiene sentido plantearse aisladamente la parte de disparate que corresponde a la economía dentro del gran disparate que es el actual orden internacional. Hay que relacionarla con los demás disparates: con el político, con el militar, con el de los aparatos culturales...

Todos los grandes disparates de la raza humana son, en último término, un solo disparate.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (24 de enero de 2003) y El Mundo (25 de enero de 2003). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 16 de febrero de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/01/24 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: davos el_mundo diario globalización 2003 porto_alegre | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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