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2002/04/05 06:00:00 GMT+2

No me creo nada

Ahora resulta que la Guerra de Angola la provocó Gerald Ford, Kissinger mediante, con la colaboración del régimen racista sudafricano. EEUU justificó su total respaldo a la guerrilla ultraderechista de Unita alegando que actuaba así para contrarrestar la injerencia militar castrista. Acaba de probarse, sin embargo, que no hubo intervención militar cubana en Angola hasta bastantes meses después de que Washington se decidiera a tomar en sus manos las riendas de aquella historia. El propio ex director de la CIA en Angola ha revelado que Kissinger les obligó a fabricar informes falsos para utilizarlos como justificación de su opción bélica.

Dicho de otro modo: durante 25 años, la opinión pública internacional ha tenido como verdad indiscutible lo que no era sino una patraña. Una patraña con resultado de muerte. Y cuánta: un millón de víctimas.

Prosigo mi reflexión.

He estado estudiando en los últimos tiempos algunos trabajos referentes a la actuación de determinados servicios secretos. De la CIA, sobre todo, pero también de organismos de inteligencia de otros Estados, menos poderosos, aunque no peor organizados. Hablo de largos informes que han sido elaborados a partir de documentos internos de los propios servicios y de los testimonios de algunas personas que ocuparon puestos del máximo nivel en su jerarquía. Pues bien: me ha dejado con la boca abierta su demostrada capacidad para modelar a placer el remedo de realidad que llamamos «noticias», para meter su nariz en los sancta sanctorum supuestamente menos manipulables y para mediatizar las más importantes decisiones sin que ni siquiera quienes las tomaban fueran conscientes de estar actuando como marionetas.

Ítem más. Estoy devorando estos días un libro sencillamente anonadante que acaba de aparecer en Francia. Se llama «L'effroyable imposture» («La farsa espantosa»). El autor, Thierry Meyssan, sostiene... ¡que ningún avión se estrelló el 11 de septiembre de 2001 contra el Pentágono! Se pensarán ustedes que el hombre desvaría. Pero el hecho es que su exposición no se apoya en ninguna hipótesis más o menos ingeniosa sino, pura y exclusivamente, en el análisis comparado de documentos oficiales norteamericanos, todos ellos verificables, y en declaraciones públicas de responsables políticos y militares de los EEUU. Meyssan no pretende contarnos qué ocurrió realmente: se limita a evidenciar que la versión oficial, que tantos hemos dado por buena, no es más que una sarta de mentiras. Ya metido en gastos, también deja patas arriba el relato made in USA de la tragedia de las Torres Gemelas.

Entiéndanme: ya no sé qué creer. O mejor dicho: ya sé lo que, de entrada, más vale no creer.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (5 de abril de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de abril de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/04/05 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: 2002 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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