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1998/10/21 07:00:00 GMT+2

Menos es nada

Me llama por teléfono mi buen amigo Gervasio Guzmán. Dice que se ha alegrado al ver en televisión las muy furibundas manifestaciones ultras que se están produciendo estos días ante la Embajada española en Chile.

-¡Parece que España ya es una democracia de las de verdad! -bromea, evocando los tiempos en que los franquistas movilizaban aquí a las masas para protestar contra la anti-España, es decir, contra «esos extranjeros que nos critican porque no nos entienden».

Tiene Gervasio su punto de razón: las cosas han cambiado mucho en España en el último cuarto de siglo. Sí; a tales efectos, esto ya empieza a parecerse a la Suecia de los 70, aquélla en la que el primer ministro Palme bajaba a la calle a postular contra Franco.

Le pongo de todos modos -es que el espíritu de contradicción me puede- dos objeciones.

-Caro Gervasio -le digo-: ni existen «países democráticos de verdad» ni lo de aquí es como para echar cohetes.

La Suecia de los 70 le montaba muchos cirios a Franco, pero hacía negocios con él. Refugiaba a los jóvenes norteamericanos que desertaban para no ir a la Guerra del Vietnam, pero se forraba a la vez vendiendo armas a toda suerte de Estados dictatoriales.

El mundo libre de entonces, que ahora se hace llamar la comunidad internacional, encierra toneladas de hipocresía. Bill Clinton ordenó bombardear hace pocas semanas un centro farmaceútico en Sudán. Mató mucho. ¿Es un criminal?

-¡Pero qué estupidez! -clama Gervasio-. ¡Si Clinton es de los nuestros! ¡Si en realidad es más de los nuestros que nosotros mismos!

El juez Garzón va a pedir al Reino Unido que le entregue a Pinochet para que sea juzgado aquí por genocidio. Dice el honorable Pujol que eso demuestra que somos una democracia com cal. Es el mismo Pujol que se ponía de los nervios cuando los jueces perseguían a los que querían democracia con cal... viva. Cuánto embudo suelto.

Frei replica: «¿Y la Transición de ustedes?». A mí que me registre. Defendí antes, durante y después de la Transición que los tribunales de la democracia castigaran todos los crímenes contra los derechos humanos que se perpetraron durante la dictadura franquista.

Mantuve luego el mismo criterio con respecto a los GAL. No acepto que la brutalidad del Poder deba asumirse cual pedrisco: en plan qué-se-le-va-a-hacer.

Sé que muchos crímenes en masa han quedado impunes. Aquí y en todo el orbe. Y sé que los que critican unos crímenes tapan otros. Pero no desdeño lo que se consigue, por poco que sea.

¿Que se logra trincar a Pinochet? Bueno. Menos es nada.

Javier Ortiz. El Mundo (21 de octubre de 1998). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de diciembre de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1998/10/21 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: justicia el_mundo 1998 pinochet baltasar_garzón chile ddhh españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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