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2004/02/19 06:00:00 GMT+1

Los dos campos

Es falso que ETA sienta aprecio por el nacionalismo catalán. Nunca se ha interesado por él. A la hora de planear y realizar sus atentados en Cataluña, ETA jamás ha tenido en cuenta las conveniencias de la causa independentista catalana, y menos aún los puntos de vista y los sentimientos más arraigados en las filas del nacionalismo catalán. Ha actuado -allí como siempre y como en todas partes- en función de sus intereses exclusivos.

Pretender que suspende sus actividades en Cataluña para contribuir a no se sabe qué despegue del independentismo catalán es una mera coartada. Una coartada chapucera y mal montada.

El comunicado de ETA es un durísimo golpe al Gobierno tripartito catalán que, si no acaba con él, poco le faltará. Pero, precisamente por lo dicho más arriba, hay que descartar que haya sido concebido para influir sobre la coyuntura política catalana, que a ETA le importa un bledo.

Entonces, ¿qué pretende?

Hagamos el recorrido inverso.

Quien quiera tomarse el trabajo de repasar lo que escribí tras las últimas elecciones catalanas comprobará que abogué por el entendimiento de ERC con el PSC y con IC. ¿Por qué? En mi caso había motivos de política interna catalana, desde luego: consideraba que ya iba siendo hora de abrir las puertas de la Generalitat para que entrara un poco de aire fresco (y limpio, ya de paso). Pero también, y de manera muy destacada, defendí ese entendimiento por razones de política general. Pensaba que existía la posibilidad de que, colocando al PSC en una onda de intereses diferente de la sostenida por el ala carpetovetónica del PSOE (por el eje Ibarra-Bono, para entendernos), el conjunto del Partido Socialista podría desplazar algo su centro de gravedad, acentuando su confrontación con el PP a escala estatal. De ser así, algunas federaciones socialistas -la mayoría de la vasca, por ejemplo- podrían manifestar más claramente sus querencias. Lo cual, para cuantos vivimos bajo la sofocante mayoría absoluta del PP del Ebro para abajo -dicho sea abarcando el río hasta su desembocadura-, representaba un cierto resquicio de esperanza.

No me pongo como ejemplo, sino como muestra. Aquellas preferencias mías no tenían nada de exóticas. Pude constatar directa y personalmente que eran compartidas por buena parte de la izquierda española y por amplios sectores del nacionalismo vasco, incluyendo no sólo a EA, sino también a no pocos dirigentes del PNV (forzosamente discretos al respecto, dada su hermandad formal con Unió) e incluso a bastante gente de la izquierda abertzale.

Había ahí un posible terreno de juego parcialmente nuevo, diferente, que algunos -sin dejar de ser conscientes de la clase de políticos que podían verse promocionados en esa eventualidad- nos animamos a propiciar.

Es esa vía la que ETA -su rama más cerril e inmovilista- ha querido dinamitar. Porque no quiere esa política más matizada, más transversal. Prefiere los dos campos, las dos trincheras. Y nada en medio.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de febrero de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/02/19 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes cataluña eta euskal_herria 2004 euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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