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2002/03/05 06:00:00 GMT+1

Los amigos de González

Prosigue la polémica sobre las falsas entrevistas de Felipe González en Marruecos. Pero, por más que se habla de ello, no veo que se señalen dos extremos que son fundamentales en este debate.

El primero se refiere a la intoxicación que sufrió El Mundo. El periódico recibió la noticia «de fuentes diplomáticas» españolas, la publicó... y metió el cuezo. ¿Por qué patinó? Porque dio por buena, sin mayores comprobaciones, la filtración gubernamental. Todos los Libros de Estilo periodísticos señalan que las noticias que proceden de una sola fuente deben ser corroboradas o, si ello no es posible, publicadas con las necesarias reservas, explicitando sus limitaciones. Si al recibir esa información El Mundo hubiera solicitado las necesarias confirmaciones o los correspondientes mentís, no se habría pillado los dedos. Con media docena de gestiones repartidas entre Rabat y Ferraz, la noticia habría aparecido con los matices de rigor: unos dicen, los otros niegan.

¿Por qué los medios hostiles a El Mundo no ponen el acento en este punto? Por una razón muy sencilla: porque ellos también publican constantemente «noticias» que proceden de una sola fuente. El Ministerio del Interior, por ejemplo. Callan ese crucial aspecto del incidente porque no quieren toparse con una aparatosa reprimenda en forma de «¡Pues mira que tú!».

Segundo asunto, aún más crucial. ¿Cómo pudo ser que El Mundo se creyera tan fácilmente que Felipe González se había entrevistado en secreto con el rey y el primer ministro de Marruecos? Por una razón muy sencilla: porque sabía que el ex presidente del Gobierno mantiene excelentes relaciones con la cúpula dirigente marroquí. Es público y notorio que viaja al otro lado del Estrecho cada dos por tres y él mismo admite sin sonrojo que tiene fuertes lazos de amistad con algunos ministros de Mohamed VI. Sencillamente: algo como lo que se contaba podía haber sucedido fácilmente.

Todo el mundo dice: «González tiene derecho a elegir libremente sus amistades y a verse con quien le dé la gana». Claro: y los demás tenemos derecho a juzgar la catadura de sus amistades y la decencia de sus contactos. Las amistades que él cultiva en Marruecos, seleccionadas de entre la banda de expoliadores y sátrapas que rodean al hijo de Hasán II, genocidas del pueblo saharaui, son del todo impresentables e indignas de alguien que se pretende demócrata y amante de la libertad. Eso tampoco se dice. Y no creo que sea un pequeño detalle secundario.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (5 de marzo de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 5 de marzo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/03/05 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: 2002 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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