Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

1999/10/06 07:00:00 GMT+2

Las primeras damas

La fotografía del periódico muestra a José María Aznar, a Jacques Chirac y a sus respectivas consortes de paseo por Granada. Junto a la foto, el titular de la noticia: «Jornada turística de Chirac y Aznar en Córdoba y Granada».

-Y ellas, ¿qué? ¿Nada? ¿Como si no hubieran estado? -comenta una amiga, molesta.

Y sigue:

-Si se tratara de un viaje de tipo político, todavía entendería que no se hablara de ellas, pero siendo un recorrido meramente turístico...

Le respondo que tampoco era cosa de escribir «los Chirac y los Aznar» -no quedaría demasiado elegante, que digamos-, y que el giro «los matrimonios Chirac y Aznar», aparte de sonar bastante cursilín, no hubiera entrado en el muy corto espacio que ocupaba el titular en cuestión.

La conversación deriva hacia el papel de las llamadas primeras damas, sean reinas consortes o esposas de presidentes y jefes de Gobierno. No elegidas por nadie, salvo por sus maridos -y en el caso de las reinas, a veces ni eso-, les suelen asignar unas labores de representación pública tirando a mosqueantes. A juzgar por lo que se nos muestra de su actividad, sobre todo en los viajes oficiales, se diría que dividen su tiempo en dos capítulos: ir de compras y rodearse de muchos desvalidos. Niños desvalidos, toxicómanos desvalidos, ancianos desvalidos, refugiados desvalidos. Son como el lado oenegé de la cúpula. Ellas se dedican a todo aquello que sus esposos, ocupadísimos, no pueden atender: los souvenirs y los pobres.

Lo cual no sólo mueve a pensar sobre el peculiar papel social de las primeras damas, sino también sobre el de sus maridos. ¿Que se congrega un simposio mundial de vendedores de algas, o de usuarios de Internet, o de fabricantes de recambios de automóvil? Eso es cosa de ellos. ¿Que el congreso es, en cambio, sobre desnutrición infantil o sobre solidaridad con las víctimas del botulismo? No falla: primeras damas a espuertas.

Qué quieren que les diga, pero me resulta de lo más sospechoso.

No siempre es así. O no del todo. Recordarán ustedes que Danielle Mitterrand hacía de vez en cuando incursiones por campos de la vida pública propios de hombres, dicho sea con todo el retintín del mundo. Hillary Clinton, aunque guarde las formas mal que bien, es sin duda otra primera dama atípica.

Pero tal vez el caso más digno de reflexión, a estos efectos, sea el del marido de Margaret Thatcher. Porque el menda no sólo no ejerció jamás de primer damo, sino que -y eso es lo más interesante- jamás nadie echó en falta que no representara ese papel.

Qué sociedad, ésta nuestra.

Javier Ortiz. El Mundo (6 de octubre de 1999). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de octubre de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1999/10/06 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: el clinton 1999 primeras_damas chirac thatcher mitterrand feminismo _mundo aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)