Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2007/07/21 07:00:00 GMT+2

La ley de Rajoy

Hay problemas de la sociedad cuya resolución exige el estudio y aprobación de nuevas leyes. Hay otros que tienen tratamiento, pero no legislativo. Y hay otros, en fin, que no tienen remedio.

En España hay tendencia a encarar todos los problemas reclamando reformas legislativas. Y si las que se realizan no producen el deseado efecto taumatúrgico, se demanda de inmediato que se reforme lo reformado.

No se tienen en cuenta algunas consideraciones por lo demás elementales. Por ejemplo: que no basta con sacar una ley que penaliza determinados comportamientos antisociales para que ese género de actos, si están anclados en sustratos culturales profundos, dejen de producirse. La violencia machista es un caso. La lucha contra la esencia opresora del sistema patriarcal es mucho más compleja y se dirime en muchos más frentes que el legislativo. Sin embargo, cada vez que un hombre agrede a una mujer aparece alguna voz preclara que afirma que eso demuestra que la ley es inadecuada.

El llamado «conflicto vasco» aporta un terreno también muy propicio para los que creen que todo es cosa de leyes y tribunales. De modo que, si la Ley de Partidos  («de Partido», habría que decir, porque se fabricó para uno solo) no funciona como estaba previsto, o es que hay que endurecerla o es que hay una mano negra que no quiere aplicarla. Queda descartado que el problema desborde el universo leguleyo.

Otro tanto habría que decir de la Ley de Extranjería. Se ha producido otra espantosa tragedia cerca de Canarias y ya tenemos de nuevo al coro de siempre clamando por la reforma de la Ley. No quieren ni plantearse que quizá el drama no reclame más leyes restrictivas, que ya lo son hasta extremos abochornantes, sino una política global de restitución al Tercer Mundo de sus posibilidades cercenadas, para que sus habitantes tengan futuro en su propia tierra y se olviden de venirse para aquí a aprender idiomas, como cantaba con brutal sarcasmo Carlos Cano en los tiempos en los que a nosotros nos tocaba ir a Alemania, a Suiza o a Francia.

Siguiendo en esa misma onda, Rajoy se ha topado con la evidencia de que está a un tiro de piedra de las próximas elecciones generales y de que su política de alianzas tiene un sorprendente parecido con la estepa siberiana, y, en vez de plantearse la posibilidad de convencer a Acebes –ya que hemos pasado por Siberia– de que deje de emular a Stalin, que decía aquello de que «el partido se fortalece depurándose», ha optado por dedicarse a especular con una posible reforma de la Ley Electoral, tratando de resolver el problema de su aislamiento político… propugnando que los demás tengan prohibido entenderse.

Imagino que primero tendrá que conseguir la aprobación de otra ley, que le permita cambiar la Ley Electoral estando en minoría.

Javier Ortiz. El Mundo (21 de julio de 2007). Hay también un apunte con el mismo título: La ley de Rajoy. Subido a "Desde Jamaica" el 26 de junio de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2007/07/21 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: carlos_cano pp violencia ley_de_partidos violencia_de_género patriarcado stalin preantología 2007 machismo migraciones rajoy acebes el_mundo españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)