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1994/04/13 07:00:00 GMT+2

Intercambio de prisioneros

La clase política española tiene un grave defecto en el que nadie había reparado hasta ahora. Voy a desvelarlo hoy: nuestros políticos desconocen el arte del intercambio de prisioneros.

El intercambio de prisioneros es una habilidad militar estupenda, que los políticos deberían imitar en su propio quehacer. Suele tomarse como prueba de humanidad, pero no es sino elemental inteligencia. Tener prisioneros resulta caro y engorroso: hace falta atenderlos, vigilarlos... (Por supuesto que existen otras posibilidades. Ahora que don Manuel Azaña está tan de moda, no es posible olvidar la otrora famosa «solución Casas Viejas», consistente en resolver el problema de los prisioneros del modo más expeditivo: matándolos. A mí, más allá de consideraciones éticas, el intercambio de prisioneros me parece una fórmula muy superior: te libras de ellos igual y, de paso, recuperas unos cuantos partidarios, que no suelen sobrar).

En la vida pública española hay varios casos conflictivos que podrían resolverse estupendamente echando mano de la fórmula del intercambio de prisioneros.

Un ejemplo palmario nos lo dan el PSOE e IU. Para cualquier observador sensato es obvio que Izquierda Socialista no pinta nada en el PSOE y que sus integrantes encajarían mucho mejor en IU. Del mismo modo, está claro que Sartorius y sus seguidores no pegan en IU ni con cola. ¿Qué sentido tiene que los unos y los otros continúen amargándose malamente de por vida?

¡Intercambien prisioneros, hombres de Dios! Así, Santesmases y demás compañeros mártires podrían expandir a placer su espíritu crítico, y Sartorius, libre al fin de la incómoda vecindad de tantos radicales, recuperaría la alegría de vivir y, con ella, las ganas de acudir a las reuniones políticas.

Algo semejante podría hacerse con UGT y Comisiones Obreras. Basta con contemplar la realidad sin prejuicios para apercibirse de que los principales problemas que tienen estos dos grandes sindicatos son tan difíciles de resolver por separado como fáciles de solucionar conjuntamente. Los «redondistas» de UGT están al frente de una base militante mucho más moderada que ellos, en tanto Gutiérrez y los suyos se enfrentan al drama inverso: son dirigentes de una militancia que los supera ampliamente en voluntad combativa. ¿Y se puede saber por qué no intercambian prisioneros? Que la dirección de UGT se vaya con la base de CCOO, y al revés. Háganlo, eso sí, matizadamente. Porque es probable que los Lito de un bando y los Moreno del otro prefieran quedarse donde están. Con lo cual todos saldrán ganando.

Nuestros políticos son de una falta de finura decepcionante. Se obsesionan con el transfuguismo. No se dan cuenta de que solo hay una forma eficaz de evitar las fugas: no tener prisioneros.

Canjéenlos, y todos saldrán ganando.

Javier Ortiz. El Mundo (13 de abril de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 3 de abril de 2013.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1994/04/13 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: españa 1994 azaña santesmases ccoo ugt el_mundo nicolás_sartorius | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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