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2002/04/18 06:00:00 GMT+2

«¡Firma, firma, firma!»

-¿Firmas contra la droga?

Había unas chicas muy puestas ellas y muy relamidas, con sus trajes de chaqueta rojos y su pelo teñido de rubio, tirando a clónicas, que solían montar una mesa petitoria tipo Domund en la calle Génova, en Madrid, cerca de la sede del Instituto Social de la Marina, donde yo trabajaba por entonces.

Pedían firmas contra la droga.

-¿Firmas contra la droga? -te preguntaban, saliéndote al paso.

Me encantaba chincharles.

-No. ¿Por qué habría de firmar? ¡Si estoy a favor! -les contestaba.

La ira les cuarteaba el maquillaje.

Había otros que también me ponían de los nervios con su asaltante petición de firmas. Éstos se instalaban en la puerta de El Corte Inglés de Castellana. Recuerdo que exhibían algún emblema de izquierda, pero no me acuerdo de cuál.

-¿Firmas contra el paro? -te decían.

Me tocaban las narices.

-Ah, qué bien -les respondía-. Y si firmo contra el paro, ¿se acabará? ¿Me firmas tú a mí un certificado de eso?

Les fastidiaba que me diera cuenta de que lo de la firma contra el paro no era sino una excusa para tratar de promocionar su tingladillo político.

Con el tiempo he ido alimentando un creciente odio contra todas las iniciativas de recogida de firmas. No sólo contra las pavadas de aurora boreal, como ésa de los senadores norteamericanos que quieren que le retiren a Arafat el premio Nobel de la Paz, sino contra todas. Sin distinción.

Me telefonea mi amigo Gervasio Guzmán.

-¿Firmas para que Sharon sea procesado por crímenes de guerra? -me pregunta.

-Dime, Gervasio: ¿hay algo que te haga suponer que, si se recogen muchas firmas en su contra, lo van a procesar? -le contesto.

-Hombre, no.

-¿Y entonces?

Soy partidario de organizar unas nuevas Brigadas Internacionales para ir a combatir a Palestina. Estoy dispuesto a participar en un Concurso Mundial de Repudio del Sionismo. Me presto incluso a casarme por lo civil en Tel Aviv, para que los guardianes del fuego sagrado de la zarza me detengan por blasfemo. No me importaría nada de nada poner dinero para que se monte un Congreso Internacional contra el Estado de Israel (varios amigos míos judíos lo presidirían muy a gusto). Y hasta pondría mi óbolo para comprar el espacio publicitario de la CNN que dé cuenta de todo ello. Pero no voy a firmar más papeles de ésos que no van a ningún lado.

Que nadie me pida que suscriba documentos inanes que sólo sirven para tranquilizar las malas conciencias de quienes los firman y para que un puñado de onegeístas desenvueltos justifique su injustificable sueldo.

A la mierda. No firmo.

Otra cosa son las iniciativas de envío de mensajes electrónicos, faxes, telegramas, tarjetas postales y cartas destinadas a protestar contra esto o a reclamar lo otro. Las movidas de ese tipo -según cuáles- me parecen bien. Por dos razones principales. Primera, porque a veces no las gestiona nadie que determine qué texto concreto es el que firmas y que se apropie del prestigio de la movilización, en cuyo caso nadie se aprovecha de ti con fines espurios. Y segunda, porque, dependiendo del destinatario, pueden tener resultados positivos. Por ejemplo: estoy seguro de que los responsables de El País están que trinan por la cantidad ingente de mensajes que les están llegado poniéndolos de vuelta y media por su tratamiento seudoinformativo del golpe de Estado en Venezuela. Otro ejemplo: el consejero de Transportes de Madrid está al borde de un ataque de nervios porque la Consejería se le ha inundado de reclamaciones de usuarios de autobuses que piden que se les descuente del abono del próximo mes el dinero que perdieron por la pasada huelga. Bueno, si puedes arreglártelas para amargar la vida a algún desalmado por un sistema tan sencillo, bienvenido sea.

Pero firmitas para que alguien se pavonee por ahí a costa de miles y miles de almas cándidas, no. Rotundamente.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (18 de abril de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de abril de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/04/18 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: israel firma diario droga 2002 gervasio_guzmán | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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