Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

1992/09/12 07:00:00 GMT+2

Fernando Salas

Bertold Brecht escribió en 1931 un poema titulado Refugio nocturno. Decía así: «Me han contado que en Nueva York,/ en la esquina de la calle 26 con Broadway,/ hay un hombre que en las noches de invierno/ pide limosna a los transeúntes/ para dar refugio a los desamparados que allí se reúnen». Y continúa: «No se cambia de este modo el mundo./ Las relaciones sociales no se hacen mejores./ No se acorta así la era de la explotación./ Pero algunos hombres tienen cama por una noche./ Durante toda una noche el viento no los azota,/ y la nieve que les estaba destinada va a posarse en la calle».

No sé por qué me vino anteayer al recuerdo este poema de Brecht. Sólo sabía que quería escribir de quienes han hecho del ejercicio de la solidaridad humana inmediata («Algeciras acoge», SOS Racismo, Asociación contra la tortura, tantos otros, pero tan pocos) una, otra razón de ser: De los hombres y mujeres que siguen poniéndose día a día al servicio desinteresado de causas imposibles, a menudo mal vistas por la gente de orden; de aquellos que no se conforman con detestar pasivamente la injusticia en general; de quienes piden en todas las infinitas esquinas de la 26 con Broadway que hay en el mundo para poner fin por lo menos a esta o aquella injusticia concreta, así mañana todo vuelva a estar igual.

Pensaba en eso y no sabía que Fernando Salas acababa de morir. Fernando Salas tenía puesto su despacho de abogado y de hombre en la esquina de la calle 26 con Broadway. Eso, en el Madrid de estos tiempos, pilla entre la Avenida de la Razón de Estado y la Plaza del Nani Desaparecido, apenas a dos manzanas del Bulevard Amedo y a tres de la Glorieta de Masa. Allí estuvo, en horas de perpetua oficina humana, al menos desde que yo lo conocí, en 1976, y supongo que desde mucho antes, mientras su cuerpo tuvo a bien aguantarlo, haciendo lo posible y lo imposible para refugiarnos alguna noche y resguardarnos del frío terrible de la indignidad.

Estoy seguro de que Fernando Salas ha muerto con la satisfacción íntima de saber que esa esquina de solidaridad en la que él eligió vivir, si nunca estará muy poblada, tampoco quedará jamás abandonada.

Javier Ortiz. El Mundo (12 de septiembre de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de septiembre de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1992/09/12 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: tortura 1992 el_mundo muerte fernando_salas brecht migraciones antología ddhh | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)